El domingo 5 de mayo, en uno de esos días que no sabes muy bien en qué invertir la tarde, decidí acercarme hasta Los Barruecos, en el término municipal de Malpartida de Cáceres, y así buscar unas pinturas rupestres halladas en la Piedra Caballera, que ya vi hace muchos años, pero que no recordaba ya dónde se encontraban.
Una vez aparcado el coche en el parquing de Los Barruecos de Abajo tomé el camino que te lleva por la Ruta de los Sentidos: una ruta donde te vas encontrando distintas rocas con formas de animales, pinturas y tallados rupestres.
La primera roca que te encuentras es La Tortuga. Apenas llevas andando dos minutos y ya se ve.

El camino sigue entre grandes rocas. En todo momento es llano y no supone ningún esfuerzo.



Los tallados en las rocas son perfectamente visibles.

Y el siguiente animal encontrado es El Caracol.

La Peña de la Horca no anda muy lejos.


Aquí hay indicaciones hacia la Peña Caballera, pero, yo, por mucho que busqué, no la encontré. Y eso que ya estuve dentro de ella (está hueca por dentro y se pueden ver las pinturas rupestres) hace muchos años.

Siguiendo el camino se llega hasta otra roca que también tiene pinturas rupestres, no obstante, está muy mal conservadas y de ahí que esté vallada.


Justo en este punto el camino se vuelve para seguir una ruta circular. Por el entorno, las cigüeñas blancas están cuidando de sus nidos y polluelos.

La última de las rocas encontrada con forma de animales fue El Tiburón.


El camino de vuelta te lleva hasta las inmediaciones de la charca. En ese momento, estaba repleta de agua.



El famoso coche empotrado en la roca no anda muy lejos.

Al llegar al aparcamiento, muchas vacas me estaban esperando para saludarme.

Como aún me quedaba mucha tarde por delante decidí volver a tomar la Ruta de los Sentidos para, esta vez, ir en busca de las tumbas romanas. Yo vi 3, pero sé que hay muchas más. De hecho, cuando hace unos años di con la Peña Caballera, también estuve visitando estas tumbas y esa vez encontraría al menos 6 o 7.



Aquí di por finalizada la mini ruta de por la tarde. Empezó a llover y decidí volver al coche.
Es una ruta que, si te la tomas con mucha tranquilidad, se tarda una hora y media en hacerla al completo (incluyendo la visita a las tumbas romanas). Es totalmente llana, sin que suponga mucho esfuerzo y bastante entretenida si vais acompañado de algún peque. Además, si vais a última hora de la tarde, tenéis suerte de que hay nubes y el agua de las charcas está tranquila porque apenas hay viento, podréis presenciar un espectacular atardecer con el reflejo de las nubes de color naranja en el agua. Nunca me cansaré de decir que aquí puedes contemplar el mejor atardecer de Extremadura con diferencia. Aquí os dejo con unas cuántas entradas de otras veces que he ido para fotografiar un atardecer en Los Barruecos. Las cuatro primeras fueron de mis inicios en el mundo de la fotografía allá por 2012. La última entrada es del año 2017 y son las fotos que más me gustan de todas.
Sin más que contar… hasta otra aventura, turistas.