Extremadura – La Vera: Ruta del Trabuquete, Mirador La Serradilla y Cascada del Diablo

Ruta del Trabuquete (mañana)

El pasado sábado, día 25 de febrero, fue el día para volver a la comarca de La Vera y así seguir visitando zonas que tenía en la lista desde principios de año. La idea era acometer la ruta del Trabuquete, que parte desde Guijo de Santa Bárbara.

Eran las 10:15 aproximadamente cuando mis pies se ponían en movimiento desde el pueblo. Dejé el coche a la entrada, en el aparcamiento de la plaza, y desde ahí crucé la población en busca del Restaurante El Trabuquete, pues desde aquí parte el camino que te lleva hasta el charco.

Restaurante El Trabuquete
Cartel informativo

Al principio, el camino desciende ligeramente. Hay que estar pendiente de una bifurcación para no tomar el camino equivocado. Aunque parezca confuso, no hay que coger el camino que baja al río. Se debe coger el de la derecha, aunque, una señal en una roca te lo indica claramente.

Camino de bajada
Indicaciones al Trabuquete

Al fondo se veía el sistema montañoso de Gredos. Por allí arriba debía hacer frío.

Hacia el Charco del Trabuquete

El primero de los puentes que cruza el río aparece. Aquí recordé una anécdota que pasó hace casi 26 años durante unas vacaciones familiares y con amigos en nuestra búsqueda hacia el objetivo del día.

Primer puente encontrado

A partir del puente anterior el camino comienza a ascender suavemente. Y es cuando las piernas empiezan a andar más despacio. Suerte que ese día estrenaba el bastón de senderismo que me regalaron mis amigos en mi cumpleaños y me ayudaba durante la subida.

En un momento dado, me di la vuelta y las vistas de todo lo caminado eran muy bonitas.

Vistas subiendo al Charco del Trabuquete

Cuando la cuesta termina, giras en una curva y ya se ve el charco. El esfuerzo mereció la pena, pues corría bastante agua (aunque no toda la que debería llevar).

Charco del Trabuquete
Charco del Trabuquete
Charco del Trabuquete

Mientras me comía un bocadillo para retomar fuerzas vi posado en un roca a un mirlo acuático. Aunque la foto es pésima, menos es nada.

Mirlo acuático en El Trabuquete

Esta ocasión, Mery y Pepe no se quedaron atrás y me acompañaron en el viaje. También quisieron su momento de gloria.

Mery y Pepe en el Charco del Trabuquete

Una última foto con el bastón antes de seguir con los planes del día. Este es el inicio de unas cuántas rutas con él. En otoño espero que me acompañe a rutas senderistas mucho más espectaculares.

Bastón en El Trabuquete

Una vez terminado el bocadillo, decidí subir unos metros más arriba hacia la Poza de la Estaca. Se encuentra a tan solo 5 minutos. Por el camino seguí fotografiando los saltos de agua.

Saltos de agua
Saltos de agua
Puente y Poza de la Estaca
Poza de la Estaca

Aquí decidí darme la vuelta y volver hacia el pueblo. Para los más valientes (yo lo fui en el año 2011), se puede seguir la ruta hacia el Refugio de las Nieves. Es un buen tirón, pues recuerdo que el camino estaba lleno de piedras que te reventaban los pies.

Sobre las 13:30 más o menos estaba de vuelta. Comí en el Restaurante El Trabuquete. Tan solo pedí un plato: espaguetis negros con sepia y pimentón de La Vera. Me encantó.

Último vistazo hacia la Sierra de Gredos
El pueblo está cerca
Espaguetis negros con sepia y pimentón de La Vera

Mirador La Serradilla y Cascada del Diablo (tarde)

La idea era haberme vuelto a Cáceres nada más comer, pero, visto que aún eran tan solo las 14:45 miré en el mapa si Villanueva de la Vera quedaba muy lejos. Como estaba a media hora decidí ir hasta allí y así ver la Cascada del Diablo, que intuía que debía llevar algo de agua.

Pero antes de eso me topé con el Mirador La Serradilla, ubicado en la carretera que une Guijo de Santa Bárbara con Aldeanueva de la Vera. Me tomé 10 minutos para hacer fotos.

Llegada al mirador
Guijo de Santa Bárbara desde el mirador
Jarandilla de la Vera desde el mirador
Mery y Pepe postureando
Mery y Pepe postureando

Sobre las 15:30 llegué hasta el aparcamiento de la Cascada del Diablo, no sin que antes me cayeran granizos en Villanueva de la Vera, aunque fue poca cosa.

Aparcamiento de la Cascada del Diablo

En apenas 10 minutos estás ante la cascada. Me alegró ver que llevaba bastante agua, no obstante, siendo sinceros, debería llevar mucha más. Este es el caudal que debería llevar en mayo. Si no llueve durante la primavera, la cascada pinta muy mal en verano.

Cascada del Diablo
Cascada del Diablo
Mery y Pepe en la Cascada del Diablo
Cascada del Diablo

Y este fue mi día por La Vera el pasado sábado. Creo que fue bastante completo y lleno de recuerdos, pues durante las vacaciones veraniegas mencionadas anteriormente del año 1997 también estuvimos pasando un día en la Cascada del Diablo.

Sin más que decir, me despido hasta otra aventura. Siendo realistas, no sé cuándo ni dónde será, pero ya se me ocurrirá algo 🙂

Extremadura – La Vera: visitando las gargantas de Cuacos de Yuste y Garganta la Olla

El pasado sábado, día 21 de enero, fue un día para volver a una de mis comarcas favoritas de Extremadura: La Vera. Era un viaje que tenía en mente desde hace un mes, pues tras las lluvias del mes de diciembre era previsible que por las gargantas corriera bastante agua.

Como con la meteorología nunca se sabe y es incierto cuándo va a volver a llover, quería acercarme antes de que se metiera la primavera. Fue a mediados de semana cuando tomé la decisión de realizar la visita. Además, desde mis vacaciones otoñales por Asturias no había vuelto a salir de aventura y tenía ganas de echarme de nuevo al campo.

La primera parada fue en Cuacos de Yuste. Descubrí casualmente el Mirador de las Ollas y me lo apunté en la lista como visita obligada.

Mirador de las Ollas
Mirador de las Ollas
Mirador de las Ollas

El paraje me encantó. Y me llevé una alegría enorme al ver cómo corría brava el agua por la garganta. Después de la enorme sequía del año pasado es una delicia ver los ríos y embalses recuperados.

La siguiente parada fue el Mirador de la Serrana, en las inmediaciones de Garganta la Olla. Para llegar hasta allí tomé la carretera que sube al Monasterio de Yuste y luego cogí el camino vecinal (asfaltado) hasta Garganta la Olla. Su ubicación no resulta nada complicado encontrarlo.

La Serrana
La Serrana
Vistas desde el mirador hacia Garganta la Olla
Vistas desde el mirador hacia Garganta la Olla

Y justo antes de entrar en el pueblo hice una parada en Garganta Mayor, lugar donde en verano los turistas (y no turistas) se dan un muy refrescante baño en la piscina natural. De aquí tengo recuerdos de unas vacaciones veraniegas en familia, allá por el año 1997 o 1998.

Garganta Mayor
Garganta Mayor
Garganta Mayor
Garganta Mayor
Garganta Mayor
Garganta Mayor

Como aún quedaba tiempo para la hora de comer decidí hacer una visita al interior del Monasterio de Yuste. Ya entré hace algunos años y mi objetivo tan solo era hacer una foto desde el jardín. Tuve que pagar la entrada básica (7 euros) para poder hacerlo. Además, de tener que aguantar las impertinencias de cierto guarda de seguridad que observaba con lupa cada paso que daba. No sé si es que me vio con cara de querer hacer algún acto de vandalismo.

Monasterio de Yuste
Monasterio de Yuste
Monasterio de Yuste
Monasterio de Yuste
Monasterio de Yuste

De vuelta en Cuacos de Yuste comí en el Hotel Restaurante Moregón, situado en la avenida principal del pueblo (avenida de la Constitución para ser más exactos). De primero comí unos entremeses. Y de segundo, cabrito al horno. Decir que el segundo plato me encantó.

Entremeses de primero
Cabrito al horno de segundo

Para terminar mi aventura por La Vera decidí pasar mi última hora en el cementerio de los alemanes. Se ubica en la carretera de subida al Monasterio de Yuste. No tiene pérdida alguna y desde la misma carretera se ve.

Cementerio de los alemanes
Cementerio de los alemanes
Cementerio de los alemanes

Antes de acabar, decir que tanto Garganta la Olla como Cuacos de Yuste forman parte de los cinco conjuntos históricos-artísticos de la comarca. Yo no me di un paseo por ellos, pero bien merece la pena recorrer cada uno de sus callejones. Os animo a visitar esta entrada del blog que publiqué hace unos años y donde recopilo la visita a las cinco poblaciones:

Sin más que decir, fue una breve visita por esta preciosa comarca del norte de Extremadura. Junto al Valle del Ambroz en otoño son las dos que más me gustan de nuestra región.

De cara a la primavera quiero volver a la zona para seguir haciendo fotos. Y, sobre todo, para disfrutar una vez más de mis dos aficiones favoritas: turismo y fotografía.