Extremadura – La Vera: visitando las gargantas de Cuacos de Yuste y Garganta la Olla

El pasado sábado, día 21 de enero, fue un día para volver a una de mis comarcas favoritas de Extremadura: La Vera. Era un viaje que tenía en mente desde hace un mes, pues tras las lluvias del mes de diciembre era previsible que por las gargantas corriera bastante agua.

Como con la meteorología nunca se sabe y es incierto cuándo va a volver a llover, quería acercarme antes de que se metiera la primavera. Fue a mediados de semana cuando tomé la decisión de realizar la visita. Además, desde mis vacaciones otoñales por Asturias no había vuelto a salir de aventura y tenía ganas de echarme de nuevo al campo.

La primera parada fue en Cuacos de Yuste. Descubrí casualmente el Mirador de las Ollas y me lo apunté en la lista como visita obligada.

Mirador de las Ollas
Mirador de las Ollas
Mirador de las Ollas

El paraje me encantó. Y me llevé una alegría enorme al ver cómo corría brava el agua por la garganta. Después de la enorme sequía del año pasado es una delicia ver los ríos y embalses recuperados.

La siguiente parada fue el Mirador de la Serrana, en las inmediaciones de Garganta la Olla. Para llegar hasta allí tomé la carretera que sube al Monasterio de Yuste y luego cogí el camino vecinal (asfaltado) hasta Garganta la Olla. Su ubicación no resulta nada complicado encontrarlo.

La Serrana
La Serrana
Vistas desde el mirador hacia Garganta la Olla
Vistas desde el mirador hacia Garganta la Olla

Y justo antes de entrar en el pueblo hice una parada en Garganta Mayor, lugar donde en verano los turistas (y no turistas) se dan un muy refrescante baño en la piscina natural. De aquí tengo recuerdos de unas vacaciones veraniegas en familia, allá por el año 1997 o 1998.

Garganta Mayor
Garganta Mayor
Garganta Mayor
Garganta Mayor
Garganta Mayor
Garganta Mayor

Como aún quedaba tiempo para la hora de comer decidí hacer una visita al interior del Monasterio de Yuste. Ya entré hace algunos años y mi objetivo tan solo era hacer una foto desde el jardín. Tuve que pagar la entrada básica (7 euros) para poder hacerlo. Además, de tener que aguantar las impertinencias de cierto guarda de seguridad que observaba con lupa cada paso que daba. No sé si es que me vio con cara de querer hacer algún acto de vandalismo.

Monasterio de Yuste
Monasterio de Yuste
Monasterio de Yuste
Monasterio de Yuste
Monasterio de Yuste

De vuelta en Cuacos de Yuste comí en el Hotel Restaurante Moregón, situado en la avenida principal del pueblo (avenida de la Constitución para ser más exactos). De primero comí unos entremeses. Y de segundo, cabrito al horno. Decir que el segundo plato me encantó.

Entremeses de primero
Cabrito al horno de segundo

Para terminar mi aventura por La Vera decidí pasar mi última hora en el cementerio de los alemanes. Se ubica en la carretera de subida al Monasterio de Yuste. No tiene pérdida alguna y desde la misma carretera se ve.

Cementerio de los alemanes
Cementerio de los alemanes
Cementerio de los alemanes

Antes de acabar, decir que tanto Garganta la Olla como Cuacos de Yuste forman parte de los cinco conjuntos históricos-artísticos de la comarca. Yo no me di un paseo por ellos, pero bien merece la pena recorrer cada uno de sus callejones. Os animo a visitar esta entrada del blog que publiqué hace unos años y donde recopilo la visita a las cinco poblaciones:

Sin más que decir, fue una breve visita por esta preciosa comarca del norte de Extremadura. Junto al Valle del Ambroz en otoño son las dos que más me gustan de nuestra región.

De cara a la primavera quiero volver a la zona para seguir haciendo fotos. Y, sobre todo, para disfrutar una vez más de mis dos aficiones favoritas: turismo y fotografía.

Extremadura – Sierra de San Pedro: fotografiando al elanio azul en el hide de El Millarón

El pasado 2 de enero comencé el año como a mí me gusta: saliendo a tirar fotos. En los últimos años he estrenado el primer mes yendo a alguno de los hides de El Millarón. En ocasiones pasadas fue el águila imperial o varios paseriformes.

En el mes de diciembre llamé a El Millarón para preguntar por la disponibilidad del hide de águila imperial, que si bien es cierto ya tenía fotos obtenidas en el mes de enero de 2020, quería volver a repetir la experiencia debido a que fue uno de los mejores momentos que he vivido fotografiando fauna. Hablando con Teo me dijo que tenían disponible también el hide de elanio azul. ¡Menuda cabeza tengo! Era algo que sabía y tenía ganas de entrar desde el mes de septiembre, cuando pusieron en marcha este hide. Por tanto, realicé la reserva para el día 2 de enero y así estrenar el Año Nuevo como Dios manda.

Eran las 9:30 aproximadamente cuando llegué hasta el hide. Enseguida, supe que iba a tener fortuna, pues el elanio estaba posado en un poste esperando su comida. Posteriormente, nos vigilaba desde una encina.

Apenas pasaron 30 segundos desde que se fue el guía cuando vi que se lanzó a los posaderos. Suerte que tenía ya preparados todos los parámetros de la cámara para poder fotografiarlo con toda su belleza.

Elanio azul llegando al posadero
Elanio azul en vuelo
Elanio azul en vuelo

En la primera bajada tan solo me centré en intentar captarlo en vuelo. Enseguida, se marchó y dio paso a un pequeño alcaudón real que observaba todos los movimientos del elanio. Él también quería su festín.

Alcaudón real
Alcaudón real
Alcaudón real dándose su festín
Alcaudón real dándose su festín

En tan solo 15 minutos, tanto el elanio como el acaudón terminaron con su comilona. Teo volvió a bajar al hide para darles más comida y así seguir captando a estas bellas aves, aunque, en la segunda tanda tan solo me centré en fotografiar al elanio con el Canon 400mm f2.8, que la marca pone a disposición de los clientes de Canon. Disfruté como un niño chico, igual que siempre que le he dado uso, al tener a ese pedazo de «pepino» en mis manos.

Elanio azul
Elanio azul
Elanio azul
Elanio azul
Elanio azul
Elanio azul
Elanio azul
Elanio azul
Elanio azul
Elanio azul
Elanio azul

En apenas una hora y cuarto la sesión de elanio azul había terminado. En la tarjeta de memoria me llevé un gran número de fotografías y en la cabeza un imborrable recuerdo de un ave que llevaba tiempo queriendo fotografiar. Tenerlo delante a escasos metros es una sensación indescriptible.

El año 2023 ha empezado tirando fotos a una especie bonita. Si los planes siguen su curso espero poder finalizarlo (por noviembre aproximadamente) de la misma manera. Y es que desde octubre de 2021 tengo una espina clavada por no haber logrado fotos de otra ave que tengo en la lista desde hace años. Y no voy a parar hasta lograrlo.

Sin más que contar, me despido hasta otra aventura. De cara a la primavera espero poder traeros más fotos, tanto de fauna como de paisajes.