Aragón – Valle de Barrabés: ruta por el hayedo de Salenques

El martes 31 de octubre abandoné el Valle de Benasque para poner rumbo al Valle de Arán, ya en Cataluña, sin embargo, hice una parada en el Valle de Barrabés, encuadrado también en el Parque Natural Posets-Maladeta. Este valle está a la otra parte del Valle de Benasque, es decir, los separan montañas y más montañas. Dicho esto, hay que dar un gran rodeo para llegar hasta él, quedando más cerca incluso del Valle de Arán que del Valle de Benasque.

La ruta por el hayedo de Salenques estaba marcada en rojo en el calendario y estaba deseando que llegara tal día, a pesar de que eso suponía que mis aventuras por el norte español tocarían su fin. Meses atrás vi fotos por las redes de este pequeño rinconcito del Pirineo Aragonés, por lo que cuadré la agenda para hacerle una visita.

Mi idea era haber dedicado toda la mañana a esta ruta. Quería deleitarme haciendo fotos con el trípode ligero, que me había llevado de viaje principalmente para esta ruta, pero no fue posible debido a que en mi primer día de ruta por Ordesa (ruta de Turieto a Torla) se rompió una pata del trípode y ya no servía. En el coche llevaba también el trípode grande, el que ya tan solo utilizo para fotografía de aves en los hides fotográficos, pero se me hacía muy pesado ir cargado con él a cuestas durante toda la ruta.

Comienza al final del Embalse de Baserca. Allí se puede dejar el coche en un pequeño aparcamiento. Mi llegada fue sobre las 10:30 y, enseguida, me puse en movimiento.

Inicio de la ruta
Embalse de Baserca
Aguas del río Salenques

En apenas cinco minutos te internas en la profundidad del hayedo de Salenques. Mis pensamientos me decían que el hayedo aún estaba muy verde y que no iba a tener suerte con el color otoñal.

Hayedo de Salenques
Río Salenques
Hayedo de Salenques
Hayedo de Salenques

Pero, pronto, según iba ascendiendo por el hayedo, el color verde empezó a cambiar hacia amarillos y marrones. Y, además, las sucesivas cascadas que se formaban en el río hacían un paisaje digno de admirar. Menuda rabia me dio no haber podido llevar el trípode para tirar fotos en condiciones.

Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques

Llegué a un punto que era muy fotogénico y me entretuve bastante tirando fotos con distintos encuadres.

Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques

Seguí avanzando hayedo arriba, pero apenas me movía unos metros y volvía a pararme para seguir captando la belleza del hayedo por el que caminaba. Aquello parecía un cuento de fantasía.

Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques

Estaba empezando a cansarme de subir entre los árboles. Si no hubiera sido por el increíble entorno por el que paseaba me habría dado la vuelta, pues el cuerpo me mandaba un mensaje diciéndome que debía parar. No obstante, no le hice caso y me hice fuerte mentalmente. Yo no quería abandonar aquel entorno y seguí en busca del puente que cruza a la otra parte del río.

Hayedo de Salenques

La sucesión de caídas de agua era continua y me paraba en cada una de ellas. Así también aprovechaba para descansar un poco.

Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques

Llegué a la parte más oscura del hayedo. Aquí me las tuve que ingeniar para poder tirar fotos que estuvieran bien expuestas.

Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques

La llegada a una gran cascada me hizo ver que, pronto, estaría cruzando el puente que lleva a la otra parte del río.

Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques

Al fin, llegué al puente y tiré algunas fotos desde él.

Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques

Podía haber seguido la ruta sin cruzar el puente y así llegar hasta la Cascada del Pi, pero decidí seguir la ruta circular y volver hacia el punto de partida por la otra parte del río.

Indicaciones hacia el Embalse de Baserca

La vuelta no me resultó tan atractiva como la ida. Enseguida, al ver que el camino se apartaba del río, me di cuenta que la mejor opción era haber vuelto por dónde había subido.

Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques

Tan solo me entretuve bastante rato en un punto donde el camino se aproximó al río y decidí bajar a través de unas rocas. Un resbalón casi llegando al río hizo que me cayera de culo, por lo que aproveché para quedarme sentado y tirar las fotos que iba buscando.

Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques
Otoño en el río Salenques

Las últimas fotos las hice llegando casi al inicio de la ruta.

Otoño en el río Salenques
Llegando al inicio de la ruta
Hayedo de Salenques desde el exterior

Esta sería mi última ruta senderista por el Pirineo Aragonés y también de las vacaciones. Y, sinceramente, es una de las que más disfruté por el increíble entorno en el que se hallaba el hayedo de Salenques. Sin ningún tipo de duda, si algún día paso cerca, volveré a internarme en la profundidad de este hayedo.

Sobre las 12:30, dos horas después de haber iniciado la ruta, puse rumbo al Valle de Arán. Esa misma mañana visitaría una de sus cascadas más famosas: Saut Deth Pish.