Extremadura – Villuercas-Ibores-Jara: despidiendo el otoño 2025 en casa

El pasado fin de semana, últimos días de noviembre, fui de visita al pueblo y aproveché para fotografiar por última vez el otoño 2025. Y esta vez lo haría en casa, en el Geoparque Villuercas-Ibores-Jara.

Primer día

La mañana del sábado la dediqué para acercarme, un año más, a la Presa de la Ruta de los Molinos, perteneciente a la población de Guadalupe. En esta ocasión, antes de llegar hasta la presa, hice alguna parada en el arroyo de Guadalupejo.

Arroyo de Guadalupejo
Arroyo de Guadalupejo
Arroyo de Guadalupejo
Arroyo de Guadalupejo
Arroyo de Guadalupejo

Según iba ascendiendo por la orilla del río parecía que me estaba sumergiendo en una selva.

Arroyo de Guadalupejo
Arroyo de Guadalupejo
Arroyo de Guadalupejo

Llegó un punto donde seguir subiendo río arriba era complicado y no me quedó más remedio que volver al camino principal. Sin embargo, unos metros más adelante pude volver a bajar hasta el arroyo.

Arroyo de Guadalupejo
Arroyo de Guadalupejo

Casi llegando a la presa un túnel de castaños hizo que parara de nuevo el coche para captar el momento.

Hacia la Presa de la Ruta de los Molinos

Al llegar a la presa pude ver el reflejo de los castaños en el agua. Aunque son muchas las fotos que tengo de este lugar con los reflejos me volví a casa con alguna más.

Presa de la Ruta de los Molinos
Presa de la Ruta de los Molinos
Presa de la Ruta de los Molinos

Con todo el entretenimiento de hacer fotos finalmente no pude acercarme hasta el Mirador del Humilladero. Se me había echado el tiempo encima y había que volver a casa para comer con la familia.

Segundo día

La noche del sábado al domingo estuvo cayendo agua de lo lindo por todo el geoparque, por lo que, sin duda, volví a salir a hacer fotos el domingo por la mañana.

Al llegar hasta las inmediaciones del Mirador del Humilladero aparqué el coche y decidí hacer fotos por los alrededores. Había una densa niebla y el día pintaba espectacular para captar el otoño. Desde la puerta de un gran castañar, al que me dieron permiso otros años para acceder, pude fotografiar los castaños. Una pena que este año no pudiera entrar al estar la puerta cerrada con candado.

Castañar cercano al Mirador del Humilladero
Castañar cercano al Mirador del Humilladero

Mis pies se dirigieron hasta la Ermita del Humilladero, que apenas se veía entre la niebla.

Ermita del Humilladero

Antes de abandonar este lugar hice una última foto desde la valla del castañar.

Castañar cercano al Mirador del Humilladero

Tomé la decisión de volver al coche para subir por la carretera que lleva hasta La Villuerca. Y no fue mala elección porque por el camino hice algunas paradas para captar tomas preciosas del anterior castañar desde lo lejos. El otoño estaba en el punto ideal de color.

Castañares de Guadalupe
Castañares de Guadalupe
Castañares de Guadalupe
Castañares de Guadalupe
Castañares de Guadalupe
Castañares de Guadalupe

El final de mi ruta en coche fue en las inmediaciones de otro castañar privado.

Carretera de subida a La Villuerca
Castañar de Guadalupe
Castañar de Guadalupe

En este punto me di la vuelta y volví hasta el Mirador del Humilladero. Las nieblas ya se habían levantado y pude hacer alguna foto bonita desde allí.

Vistas desde el Mirador del Humilladero
Vistas desde el Mirador del Humilladero

La segunda decisión del día fue ir, como el sábado, hasta la Presa de la Ruta de los Molinos. El objetivo era no entretenerme tanto, aunque no lo conseguí. La razón fue porque el arroyo corría con más agua que el día anterior (había rebosado la presa) y, unido a que el día seguía cerrado de nubes, porque las fotos estaban quedando preciosas.

Camino a la Presa de la Ruta de los Molinos
Arroyo de Guadalupejo
Arroyo de Guadalupejo
Arroyo de Guadalupejo
Arroyo de Guadalupejo

Como corría algo de viento no pude captar el reflejo de los castaños en la presa, por lo que tan solo fotografié los castaños de los alrededores. El sábado no lo hice porque el sol estaba justo en esa posición y me fastidió las fotos.

Castañar de la Presa de la Ruta de los Molinos
Castañar de la Presa de la Ruta de los Molinos

Las últimas fotos de este otoño 2025 las hice en la entrada de la finca de Mirabel.

Entrada a Mirabel
Entrada a Mirabel
Camino de vuelta

Un año más, me despido del otoño en casa, en el Geoparque Villuercas-Ibores-Jara. Lo he dicho varias veces y lo repito: el otoño en Los Pirineos está cuatro o cinco niveles por encima del otoño en Extremadura. Eso es innegociable. Es como si nuestro otoño jugara en Primera Federación y el de Los Pirineos jugara en la Champions League. Sin embargo, salir a disfrutar de estos paisajes en mi tierra, en casa, en el lugar donde te has criado, siempre es especial y a eso no hay quien le haga la competencia.

Sin más que contar de este otoño 2025 me despido. Ahora toca descansar y relajarse. Ya va tocando después de estar durante un mes y medio seguido sin parar, yendo de un sitio para otro captando la esencia de los colores de esta bella estación.

Extremadura – Tierra de Montánchez: ruta al Castañar de Montánchez 2025

El pasado 23 de noviembre, por la tarde, decidí acercarme hasta el Castañar de Montánchez con el objetivo de traerme algunas fotos bonitas. Un par de días antes vi por redes sociales fotos de la semana anterior y lucía un color espectacular, por lo que deduje que una semana después iba a estar más espectacular aún.

Apenas dormí media hora de siesta, lo justo para reposar la comida, cuando cogí el coche rumbo a la población cacereña. Mi llegada fue sobre las 15:30 y dirigí mis pasos hacia el castañar por novena vez en los últimos años. De hecho, creo que es el castañar al que más veces he ido.

Hacia el Castañar de Montánchez

A mi llegada pude ver que, efectivamente, el colorido estaba en su punto, aunque desde la distancia se intuía algo.

Llegada al Castañar de Montánchez
Llegada al Castañar de Montánchez

Según iba andando por el camino no podía parar de tirar fotos. El año donde mejor me lo encontré fue en 2019. Recuerdo que un par de horas antes de haber ido estuvo lloviendo y había también muy buen color. Después de ese año, sin duda, este otoño ha sido el que más me ha gustado. Tan solo le faltó un poquito de lluvia para igualarlo.

Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez

El llevarme el trípode a cuestas provocó que hiciera paradas cada 10 pasos. Este otoño creo que ha sido el año que más uso le he dado. Y también ha sido el año donde más me he entretenido. Consigues fotos mejor hechas. Por contra, pierdes mucho más tiempo.

Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez

En lugar de hacer la ruta circular volví sobre mis pasos. Era mucho lo que me gustaba cómo estaban quedando las fotos, por tanto, decidí volver por el camino.

Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez

Cuando decidí que ya era hora de parar y volver al pueblo, sin esperarlo, entró una luz preciosa por el castañar. Había estado nublado toda la tarde, sin embargo, a última hora se dieron unas condiciones ideales para despedirme de esta ruta de la mejor manera.

Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez

Con estas últimas capturas puse fin a la ruta. Apenas quedaban unos 10 minutos de luz al estar de nuevo en el pueblo. Finalmente, estuve dos horas captando la esencia del otoño.

Sin más que contar, me despido hasta la última ruta otoñal de este 2025. Y esa fue en casa, en el Geoparque Villuercas-Ibores-Jara.

Extremadura – Valle del Ambroz: volviendo a la zona tras la catástrofe

Una semana antes de que llegara el Día de Extremadura, 8 de septiembre, se me metió en la cabeza de celebrar el día de nuestra región en el Valle del Ambroz. Quería conocer en primera persona cómo había quedado todo tras el devastador incendio originado en Jarilla en el mes de agosto, a pesar de que me doliera en el alma ver todo el monte carbonizado.

Antes de pasarme por la «zona cero» tenía clarísimo también que iba a visitar a los seres más viejos de Extremadura: los Castaños del Temblar, en Segura de Toro. Sabía que estaban bien y que el fuego no había pasado por la zona en la que se hallan, no obstante, tenía que saludarlos en persona una vez más.

Sobre las 10:15 me ponía en movimiento hacia estos cinco castaños y en apenas veinte minutos estaba ante ellos. Como siempre, el Hondonero me dio la bienvenida con su enorme porte.

Castaño Hondonero

La ruta es siempre la misma. Del Castaño Hondonero pasé al Castaño del Arroyo, el más viejo de todos. Si otro devastador incendio, que esperemos que no, no se lo lleva por delante, tenemos castaño para muchos más años.

Castaño del Arroyo

Como siempre he visitado este castañar por la mañana, las luces no son las más idóneas para captar fotos bonitas del Castaño Retorcío. Siempre, siempre me aparecen altas luces que luego son muy difíciles de quitar. Pero no quería irme sin llevarme una foto más de este castaño.

Castaño Retorcío

El Castaño Menuero era el siguiente en esperarme. Aunque su estado es excepcional me dio algo de pena ver que una de las grandes ramas se había partido y estaba tumbada en el suelo. Por lo demás, sigue conservando su porte y su belleza.

Castaño Menuero

Y, por último, el Castaño Bronco me deleitó con sus múltiples encuadres. Junto al Menuero, este castaño es con el que más me entretengo con la cámara.

Castaño Bronco
Castaño Bronco

Con esta eran ocho las veces que visitaba los Castaños del Temblar, sin embargo, la de ayer fue la más especial y emotiva después de ser consciente que sus vidas corrieron peligro apenas un mes antes. Antes de despedirme de ellos hice una parada en la entrada al castañar para llevarme un último recuerdo, pues, visto lo visto, en cualquier momento se pueden perder y al menos que nos queden los recuerdos en la mente y en las fotos hechas.

Entrada a los Castaños del Temblar

Me despedí definitivamente de este entorno y puse rumbo hacia lo más duro del día, hacia lo que ha quedado tras la catástrofe.

Según me iba acercando a Hervás eché la mirada a lo alto de la sierra. Contuve el aliento al ver que la zona quemada rozaba la carretera del Puerto de Honduras a la altura de los castaños. Imaginé lo peor. Y, una vez tomada ya la carretera y comenzar a ascender, mis presagios eran de lo más nefastos respecto a los castaños que abrazan la carretera. Según iba ganando altura el rastro del fuego se veía en las cunetas.

Aparqué el coche al lado de la fuente donde siempre lo he dejado. Ahí ya supe que los castaños se habían salvado. Bueno, lo que queda de los castaños. Porque lo que era el Castañar Gallego en esta zona ya no existe. Y no porque el incendio lo haya arrasado sino porque ya se han encargado algunos de arrasarlo con la tala desmesurada de castaños. Me dio más rabia la pérdida de todo este castañar debido a la industria maderera que la pérdida por el incendio, pues el incendio fue originado por un rayo y ante eso poco se pudo hacer. La pérdida del Castañar Gallego es culpa de la mano del hombre.

Lo poco que queda del Castañar Gallego
Lo poco que queda del Castañar Gallego
Lo poco que queda del Castañar Gallego

Del camino que lleva a Gargantilla y que aparece en una de las fotos es donde he hecho las fotos más bonitas de todo el Valle del Ambroz en años anteriores. Era mi zona favorita de todo el valle para captar imágenes en otoño. Y, la verdad, visto lo visto, creo que nunca más volveré a verlo igual. Y miedo me da que sigan con la tala de castaños y se cepillen también los pocos que quedan a lo largo de la carretera. Por ahora, parece que se salvan. Aunque no les doy mucha más vida.

Carretera del Puerto de Honduras
Carretera del Puerto de Honduras
Carretera del Puerto de Honduras
Carretera del Puerto de Honduras

En las fotos anteriores se puede apreciar perfectamente en la cuneta hojas negras. Estos castaños sí que estuvieron a punto de salir ardiendo y perderse para siempre. Se ve que los protegieron. No por su valor ambiental sino por su valor en la industria maderera. Estoy completamente convencido sin miedo a equivocarme que serán los siguientes en ser talados. Si se hubieran quemado, algunos personajes habrían perdido bastante dinero. Y eso no entra dentro de sus intereses.

Con cierto cabreo por este maltrato al castañar más bonito de Hervás comencé a ascender hacia el Puerto de Honduras. Si ya de por sí mis ánimos estaban por los suelos por lo ya comentado, la subida hacia el Puerto de Honduras terminó por minar mi mente. A lo largo de mi vida he presenciado muchos fuegos, he visto perderse zonas con un gran valor ecológico (por ejemplo, el incendio en las Villuercas-Ibores-Jara en el verano de 2005), pero nada comparable a lo visto ayer. Siempre que he subido fotos al blog ha sido para promocionar lo bonito, mostrar la belleza de los paisajes o animales que me rodean. Hoy toca mostrar la otra cara, la fea, el desastre, la catástrofe.

Llegando al Puerto de Honduras
Llegando al Puerto de Honduras
Llegando al Puerto de Honduras
Llegando al Puerto de Honduras
Vistas desde el Puerto de Honduras
Vistas desde el Puerto de Honduras
Vistas desde el Puerto de Honduras

Estuve cerca de 10 minutos buscando con la mirada algún signo de vida, sin embargo, mirara hacia donde mirara todo se veía carbonizado. Ni una sola retama verde. En la bajada hacia el Valle del Jerte todo estaba igual durante al menos 10 o 15 minutos. Fue en la zona baja donde ya se empezaron a ver algunos robles y cerezos verdes. Pasarán décadas hasta que se recupere toda esta zona, siempre y cuando no se vuelva a quemar. O siempre y cuando a algunos no les dé por talar sin control lo que vaya naciendo.

Con la amargura de contaros cómo ha quedado el Puerto de Honduras me despido hasta otra aventura. La siguiente, espero, será más alegre y volveré a mostrar paisajes otoñales de ensueño del norte de España. Y es que solo quedan 46 días para iniciar mi típico viaje de los últimos años por Los Pirineos. Este año toca volver a la Selva Oza, visitar por primera vez el Valle de Roncal y la Selva de Irati, y deleitarme de nuevo con los increíbles paisajes de la Sierra de Urbasa.

Extremadura – Vegas del Alagón: ruta a los Canchos de Ramiro

Once años han pasado desde la primera y única vez que visité los Canchos de Ramiro, cerca de la localidad cacereña de Cachorrilla. Era una ruta que tenía en mente repetir desde hace unos meses y cuyas ganas aumentaron hace 15 días cuando una amiga los visitó.

Hoy, 23 de abril, es festivo en Cáceres y he aprovechado la ocasión para saldar mi cuenta pendiente. Eran las 10:15 aproximadamente cuando mis pies se ponían en movimiento desde la Ermita del Cristo de Cachorrilla, ubicada a las afueras del pueblo.

Inicio de la ruta
Ermita del Cristo

A escasos metros se encuentra un pequeño parque con una charca. En ella hay patos (más grandes que los de mi oficina) y me he entretenido haciéndole algunas fotos a la vuelta. Lástima que no llevara encima el teleobjetivo y me haya tenido que conformar con el angular de siempre.

Charca en Cachorrilla
Charca en Cachorrilla
Patos en la charca
Patos en la charca
Patos en la charca
Patos en la charca
Patos practicando natación sincronizada

Ahora la dehesa está preciosa con las lluvias caídas en el último mes y medio. El campo se ha teñido de un verde intenso.

Dehesa de camino a los Canchos de Ramiro
Dehesa de camino a los Canchos de Ramiro

Llegando a una charca he visto a una cigüeña negra alzar el vuelo. Se ha posado a los lejos y la foto que he podido hacer ha sido penosa, pero menos es nada.

Cigüeña negra merodeando
De camino a los Canchos de Ramiro

El río Alagón se deja ver y eso significa que estamos cerca de nuestro destino final.

Río Alagón

De hecho, unos metros más adelante se ven ya a los lejos los famosos canchos.

Llegando a los Canchos de Ramiro
Río Alagón
Río Alagón
Charca encontrada

Apenas 50 minutos después desde mi partida he llegado hasta mi objetivo. Sorprende ver tanta agua en el río.

Canchos de Ramiro
Canchos de Ramiro

Cabe decir que se puede llegar con el coche hasta los canchos. Hay un merendero donde se puede aparcar y la bajada hasta un pequeño mirador se hace en apenas 3 minutos. Yo he preferido hacer todo el camino a pie.

Al llegar al mirador he echado mano del trípode, que llevaba encima en todo momento. La fortuna me ha sonreído por un momento puesto que el agua estaba quieta y he podido captar el reflejo de los canchos. Luego, ha empezado a correr una pequeña brisa y me ha resultado imposible.

Canchos de Ramiro
Canchos de Ramiro
Canchos de Ramiro
Canchos de Ramiro
Mery y Pepe postureando en los Canchos de Ramiro

Tras una hora aproximadamente disfrutando del entorno ha tocado volver sobre mis pies. La ruta consta de 10km (ida y vuelta) y discurre por un camino llano y sin pérdida alguna. No hay que tomar ninguno de los desvíos que te encuentras a lo largo de la ruta. Solo hay que seguir el camino principal.

Sin más que contar, me despido hasta la siguiente aventura. Y ya os aviso que no pasarán tantos meses como han pasado desde mi última entrada en otoño.

Extremadura – Valle del Ambroz: Otoño Mágico 2024

En las visitas al Valle del Ambroz de este año tenía en la agenda desde hace un mes acercarme hasta Baños de Montemayor y así conocer el molino hallado a las afueras de la población. Así fue y aquí realicé la primera de las paradas por este valle, que da igual las veces que lo haya visitado en otoño porque me sigue enamorando en cada visita.

El río corría algo y pude hacer algunas fotos a pequeños saltos que caían entre las rocas.

Inmediaciones del molino de Baños de Montemayor
Inmediaciones del molino de Baños de Montemayor
Inmediaciones del molino de Baños de Montemayor
Inmediaciones del molino de Baños de Montemayor

Aquí la parada apenas duró 20 minutos y me volví al coche para acercarme hasta Puerto de Béjar.

Camino encharcado

Después de hacer la ruta en la localidad salmantina me dirigí hasta Hervás y fui directo al Puerto de Honduras. Eran las 13:00 aproximadamente cuando empecé a tirar fotos a mi carretera favorita de todo el valle.

Carretera del Puerto de Honduras
Carretera del Puerto de Honduras
Carretera del Puerto de Honduras

Y, cómo no, mis pies se dirigieron hasta mi camino favorito de todo el Valle del Ambroz. Ese lugar que te ENVOLVÍA de magia al caminar bajo el colorido de sus castaños. Pronto, me di cuenta que algo había cambiado. Toda esa magia, esa emoción que desprendía HA DESAPARECIDO. El paisaje ha cambiado tan drásticamente que, por unos momentos, pensé que me había equivocado de camino. Cuando desperté de mi letargo me di cuenta que no me había equivocado, que aquel camino era el que mis pies han caminado durante los nueve otoños que lo he visitado.

Inspeccioné la zona intentando comprender qué había pasado. Primero pensé que un incendio había arrasado la zona, sin embargo, no había rastro de troncos quemados. El único rastro encontrado fue el de tala de árboles por doquier. En ese momento la rabia corría por mis venas. Desconozco la razón por la que se ha procedido a la tala de los castaños en este camino. Lo que sí sé es que se han cargado el Castañar Gallego de una manera acojonante. Para muestra, unas imágenes del castañar antes y ahora. Juzguen ustedes por sí mismos.

Castañar Gallego antes del atentado medioambiental
Castañar Gallego después del atentado medioambiental

Con una profunda decepción volví sobre mis pies hacia la carretera. Pregunté a algunos senderistas con los que me crucé si sabían el porqué de esta tala, sin embargo, ninguno era de la zona y no supieron darme respuesta.

Antes de comerme un bocadillo a la hora de comer seguí ascendiendo con el coche por la carretera. Los castaños estaban en su punto ideal de colorido y alivió, en cierto modo, mi tristeza por lo que acababa de presenciar.

Carretera del Puerto de Honduras
Carretera del Puerto de Honduras
Carretera del Puerto de Honduras
Carretera del Puerto de Honduras

En las cercanías del Arroyo Romanillo paré a descansar un poco y comer algo. Al terminar, eché mano del trípode para hacer algo que ya hice el año pasado en este mismo punto: hacer fotos como loco a los distintos saltos de agua del arroyo. Estuve entretenido aproximadamente una hora y media.

Arroyo Romanillo
Arroyo Romanillo
Arroyo Romanillo
Arroyo Romanillo
Arroyo Romanillo
Arroyo Romanillo
Arroyo Romanillo
Arroyo Romanillo
Arroyo Romanillo
Arroyo Romanillo
Arroyo Romanillo

Y hasta aquí mi aportación del Otoño Mágico 2024 por el Valle del Ambroz. Me resulta imposible acercarme los próximos fines de semana, por lo que hasta el año que viene, si todo sale bien, no volveré a fotografiar su otoño.

Sin más que contar, me despido hasta otra aventura. TIC TAC, TIC TAC, TIC TAC.

Extremadura – Tierra de Trujillo: cascadas del río Almonte

El pasado 10 de marzo me acerqué hasta las Cascadas del río Almonte para fotografiarlas. Durante toda esa semana había estado lloviendo intensamente y quería ver el agua que llevaba. Me llevé cierta decepción porque el río iba tan cargado que ocultaban al completo los distintos saltos de agua de las cataratas. Aunque, en realidad, me alegraba de todo lo que estaba lloviendo en estas épocas de sequía.

Os dejo una foto que tiré ese día para que veáis la diferencia respecto a cómo están ahora.

Cascadas del río Almonte (10-03-2024)

Por entonces, me dije que volvería más adelante para intentar captar de nuevo estas bonitas cascadas. Y el día elegido fue ayer: 25-05-2024.

Nada más llegar, supe que esta vez sí iba a ver los saltos de agua, pues el río Almonte no llevaba la brutalidad de agua que llevaba dos meses y medio atrás. Pasito a pasito, me dirigí hacia mi destino. En apenas 15 minutos estaba ante el primer salto de agua.

Cascadas del río Almonte (25-05-2024)
Cascadas del río Almonte (25-05-2024)

Las dos veces anteriores que fui (la primera fue el 02-04-2021) lo hice por la mañana y las luces no me gustaron nada. La razón era porque tenía el sol de frente y tenía que ingeniármelas para que no salieran las fotos quemadas. Ayer fui por la tarde y el juego de luces y sombras mejoró bastante.

Cascadas del río Almonte (25-05-2024)
Cascadas del río Almonte (25-05-2024)

Antes de volverme a casa hice una última foto al río en su tramo más calmado. En el mes de marzo fue imposible hacer esta foto principalmente porque el agua cubría las rocas desde donde tiré la siguiente foto.

Río Almonte

Con la satisfacción de volver a este precioso entorno regresé a casa con los deberes hechos. Tengo que decir que de las tres veces que he ido, la que más me gustó fue la primera. A continuación os dejo también un par de fotos de aquel 02-04-2021.

Cascadas del río Almonte (02-04-2021)
Cascadas del río Almonte (02-04-2021)

Por último, al ser una ruta que no está señalizada dejo por aquí las coordenadas para saber dónde dejar aparcado el coche y dónde se encuentran las cascadas. Una vez aparcado el vehículo, un pequeño camino que no tiene pérdida te lleva hasta ellas.

Coordenadas para dejar el coche: 39.664983,-5.939495

Coordenadas donde se encuentran las cascadas: 39.662762,-5.955697

Sin más que contar, me despido hasta otra aventura.

Un saludo, turistas.

Extremadura – Tajo-Salor: ruta de los Sentidos en Los Barruecos

El domingo 5 de mayo, en uno de esos días que no sabes muy bien en qué invertir la tarde, decidí acercarme hasta Los Barruecos, en el término municipal de Malpartida de Cáceres, y así buscar unas pinturas rupestres halladas en la Piedra Caballera, que ya vi hace muchos años, pero que no recordaba ya dónde se encontraban.

Una vez aparcado el coche en el parquing de Los Barruecos de Abajo tomé el camino que te lleva por la Ruta de los Sentidos: una ruta donde te vas encontrando distintas rocas con formas de animales, pinturas y tallados rupestres.

La primera roca que te encuentras es La Tortuga. Apenas llevas andando dos minutos y ya se ve.

La Tortuga

El camino sigue entre grandes rocas. En todo momento es llano y no supone ningún esfuerzo.

Ruta de los Sentidos
Ruta de los Sentidos
Ruta de los Sentidos

Los tallados en las rocas son perfectamente visibles.

Tallados rupestres

Y el siguiente animal encontrado es El Caracol.

El Caracol

La Peña de la Horca no anda muy lejos.

Peña de la Horca
Peña de la Horca

Aquí hay indicaciones hacia la Peña Caballera, pero, yo, por mucho que busqué, no la encontré. Y eso que ya estuve dentro de ella (está hueca por dentro y se pueden ver las pinturas rupestres) hace muchos años.

La que yo creía que era la Peña Caballera con las pinturas

Siguiendo el camino se llega hasta otra roca que también tiene pinturas rupestres, no obstante, está muy mal conservadas y de ahí que esté vallada.

Roca con pinturas rupestres
Tallados rupestres

Justo en este punto el camino se vuelve para seguir una ruta circular. Por el entorno, las cigüeñas blancas están cuidando de sus nidos y polluelos.

Ruta de los Sentidos

La última de las rocas encontrada con forma de animales fue El Tiburón.

El Tiburón
El Tiburón

El camino de vuelta te lleva hasta las inmediaciones de la charca. En ese momento, estaba repleta de agua.

Charca de los Barruecos de Abajo
Charca de los Barruecos de Abajo
Charca de los Barruecos de Abajo

El famoso coche empotrado en la roca no anda muy lejos.

Coche empotrado en la roca

Al llegar al aparcamiento, muchas vacas me estaban esperando para saludarme.

Vaquita esperándome

Como aún me quedaba mucha tarde por delante decidí volver a tomar la Ruta de los Sentidos para, esta vez, ir en busca de las tumbas romanas. Yo vi 3, pero sé que hay muchas más. De hecho, cuando hace unos años di con la Peña Caballera, también estuve visitando estas tumbas y esa vez encontraría al menos 6 o 7.

Tumba romana
Tumba romana
Tumba romana

Aquí di por finalizada la mini ruta de por la tarde. Empezó a llover y decidí volver al coche.

Es una ruta que, si te la tomas con mucha tranquilidad, se tarda una hora y media en hacerla al completo (incluyendo la visita a las tumbas romanas). Es totalmente llana, sin que suponga mucho esfuerzo y bastante entretenida si vais acompañado de algún peque. Además, si vais a última hora de la tarde, tenéis suerte de que hay nubes y el agua de las charcas está tranquila porque apenas hay viento, podréis presenciar un espectacular atardecer con el reflejo de las nubes de color naranja en el agua. Nunca me cansaré de decir que aquí puedes contemplar el mejor atardecer de Extremadura con diferencia. Aquí os dejo con unas cuántas entradas de otras veces que he ido para fotografiar un atardecer en Los Barruecos. Las cuatro primeras fueron de mis inicios en el mundo de la fotografía allá por 2012. La última entrada es del año 2017 y son las fotos que más me gustan de todas.

Sin más que contar… hasta otra aventura, turistas.

Extremadura – Valle del Jerte: visitando cascadas y gargantas de la comarca

La semana pasada estuvo lloviendo sin parar prácticamente a diario, por lo que intuí que las gargantas del Valle del Jerte iban a estar hasta arriba de agua. El jueves miré el tiempo que iba a hacer el sábado y me llevé una alegría al ver que tendría un día soleado. Así que me decidí a la hora de programarme una visita a la comarca del Jerte.

Cascadas de las Nogaledas

La primera de las paradas fue las Cascadas de las Nogaledas, en Navaconcejo. Creo que era la cuarta vez que iba a visitarlas y el objetivo era ir cargado con el minitrípode para captarlas con el efecto seda. Es una ruta sencilla, sin apenas desnivel y apta para niños.

Cascada de las Nogaledas
Cascada de las Nogaledas
Cascada de las Nogaledas
Cascada de las Nogaledas
Cascada de las Nogaledas
Cascada de las Nogaledas
Cascada de las Nogaledas
Cascada de las Nogaledas
Cascada de las Nogaledas

Cascada del Caozo

Antes de parar a comer me acerqué hasta Valdastillas y así fotografiar la Cascada del Caozo, formada en la Garganta del Bonal. Igualmente, intuí que iba a ir cargada de agua, sin embargo, lo que no intuí era que iba a estar más cargada aún de gente. Aquello parecía una romería. Filas de coches para aparcar, fila de gente para acceder a la pasarela. En resumen, un engorro. Luego, caí en la cuenta de que en Piornal se estaba celebrando su fiesta grande: el Jarramplas. De ahí tanta gente visitando la Cascada del Caozo, que apenas se tardan 3 minutos en subir a ella desde donde aparcas el coche. En mi caso, ni siquiera accedí a la pasarela. Hice un par de fotos desde el suelo y me conformé con eso.

Garganta del Bonal
Cascada del Caozo

Los Pilones

Y para finalizar el día hice la ruta corta hasta Los Pilones. Parte desde el Centro de Interpretación de la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos y apenas son 3 kilómetros hasta el puente. Al hacer la ruta después de comer, sudé algo la gota gorda, pero me la tomé con tranquilidad, puesto que aún tenía casi tres horas de sol.

Sinceramente, creía que iba a encontrarlos con más agua, no obstante, me encantaron. Ir a esta zona siempre es especial, no por su belleza sino por los recuerdos de la primera visita en el verano de 1996, contando con apenas 10 años (camino de 11).

Los Pilones del Valle del Jerte
Los Pilones del Valle del Jerte
Los Pilones del Valle del Jerte

Y sin más, me despido de mi aventura por el Valle del Jerte el pasado sábado 20 de enero. En la agenda no tengo programada ninguna visita más por ahora. Aunque sí es cierto que tengo cosas en la cabeza de cara a la primavera. Ya os contaré si finalmente las llevo a cabo.

Saludos, turistas.

Extremadura – Tierra de Montánchez: ruta al castañar de Montánchez 2023

El sábado 25 de noviembre me acerqué por la tarde hasta Montánchez, localidad cercana a Cáceres, para adentrarme en su castañar. Quince días atrás estuvo un amigo y al mandarme fotos vi que estaba aún demasiado verde, por lo que deduje que en un par de semanas tomaría el color ocre y amarillo que me hubiera gustado.

Sobre las 16:00 mis pies se ponían en movimiento y se dirigían hacia el castañar. Los malos presagios aparecieron enseguida al ver desde lejos el castañar sin apenas hojas. Por momentos, mantuve la esperanza de que se tratara de los robles, que siempre tiran la hoja antes, pero la realidad era que tampoco se veía el monte lleno de color como otras veces.

Al llegar hasta los primeros castaños confirmé que estaban prácticamente pelados de hojas. Este otoño ha sido muy raro. Llegó muy tarde debido a los calores de primeros de octubre; y se ha ido súper rápido. Otros años he accedido a este castañar el último día de noviembre y aún quedaban la mitad de las hojas en los árboles. Resumiendo: no entiendo este otoño de mierda.

Paseé un ratito por él para captar algunas fotos. Al menos, me sirvió para salir de casa y desconectar un poco.

Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Castañar de Montánchez
Montánchez
Montánchez
Cabra

Creo que con esta salida daré por finalizadas las aventuras otoñales del 2023, que ya da signos de agonizar. Siendo realistas, no ha sido el mejor otoño que he fotografiado, aunque, bien es cierto que he viví emociones fuertes el día que fui a las Gorgas de Alba, en el Valle de Benasque; al hayedo de Salenques, en el Valle de Barrabés; o en la carretera del Puerto de Honduras, en el Valle del Ambroz.

Sin más que contar, en mi cabeza ya tengo un esbozo del posible destino otoñal del año que viene. Aunque será el primero de muchos años que no tenga seguro de si voy a poder ir. En caso de que sí se pueda, ya sabéis: el otoño del norte está por encima de cualquier otro. Y será en una Comunidad Autónoma que aún no he pisado 🙂 🙂 🙂

Extremadura – Tajo-Salor: sesión de fotos desde hidro hide

Lo que son las cosas. En el verano de 2022 fue el 27 de julio cuando me acerqué por primera vez a la charca para fotografiar a las aves. Y, casualidades de la vida, en este verano (2023) ha coincidido que el pasado jueves (día 27 de julio) me acerqué a la misma charca para seguir disfrutando de la fotografía de aves.

Dicho esto, sobre las 19:00 me metía de lleno en el agua e iba en busca de las garzas y espátulas, que se las veía al fondo de la misma. Por el camino esperaba poder captar a otras pequeñas aves, tal y como he hecho en ocasiones anteriores. Sin embargo, según iba caminando por el agua, mi desánimo y extrañeza se empezaron a apoderar de mí porque no había rastro de nada.

No obstante, mi objetivo seguía en marcha y cada vez estaba más cerca de las garzas y espátulas. La cosa se empezó a poner emocionante con la presencia de un pequeño zorro, que buscaba la sombra de unas rocas.

Zorro en las inmediaciones de la charca
Zorro buscando la sombra

No quitaba la vista del hidro hide y, pronto, se levantó ante la desconfianza de lo que se acercaba hacia él. El siguiente objetivo serían unos ánades reales, que descansaban en otra roca.

Ánades reales
Ánades reales

Un andarríos chico también merodeaba por la zona. Pasé de la inexistencia de aves durante los primeros minutos a ponerse la cosa bastante interesante en cuanto a especies encontradas.

Andarríos chico
Andarríos chico

Y también unos gansos del Nilo se unieron a la fiesta.

Gansos del Nilo

Los mejores momentos de la tarde me los brindaron un par de espátulas. Cuando la mayoría echó a volar buscando un sitio más tranquilo, hubo dos que permanecieron impasibles. Aunque, finalmente, se quedó una sola buscando comida por el agua.

Espátulas
Espátulas
Espátulas
Espátula pendiente del agua
Espátula
Espátula buscando comida
Espátula buscando comida
Espátula buscando comida
Espátula buscando comida
Espátula buscando comida
Espátula

La tarde fotográfica la cerré con una foto a una garza que vigilaba desde lo alto de una roca.

Garza vigilando su entorno

Sin más, espero volver en otra ocasión antes de que termine el verano. Yo sigo en mi empeño de intentar conseguir fotos de las cigüeñas negras, que sé que de vez en cuando hacen parada en esta charca. A ver si hay suerte en futuras ocasiones.