Extremadura – Vegas del Alagón: ruta a los Canchos de Ramiro

Once años han pasado desde la primera y única vez que visité los Canchos de Ramiro, cerca de la localidad cacereña de Cachorrilla. Era una ruta que tenía en mente repetir desde hace unos meses y cuyas ganas aumentaron hace 15 días cuando una amiga los visitó.

Hoy, 23 de abril, es festivo en Cáceres y he aprovechado la ocasión para saldar mi cuenta pendiente. Eran las 10:15 aproximadamente cuando mis pies se ponían en movimiento desde la Ermita del Cristo de Cachorrilla, ubicada a las afueras del pueblo.

Inicio de la ruta
Ermita del Cristo

A escasos metros se encuentra un pequeño parque con una charca. En ella hay patos (más grandes que los de mi oficina) y me he entretenido haciéndole algunas fotos a la vuelta. Lástima que no llevara encima el teleobjetivo y me haya tenido que conformar con el angular de siempre.

Charca en Cachorrilla
Charca en Cachorrilla
Patos en la charca
Patos en la charca
Patos en la charca
Patos en la charca
Patos practicando natación sincronizada

Ahora la dehesa está preciosa con las lluvias caídas en el último mes y medio. El campo se ha teñido de un verde intenso.

Dehesa de camino a los Canchos de Ramiro
Dehesa de camino a los Canchos de Ramiro

Llegando a una charca he visto a una cigüeña negra alzar el vuelo. Se ha posado a los lejos y la foto que he podido hacer ha sido penosa, pero menos es nada.

Cigüeña negra merodeando
De camino a los Canchos de Ramiro

El río Alagón se deja ver y eso significa que estamos cerca de nuestro destino final.

Río Alagón

De hecho, unos metros más adelante se ven ya a los lejos los famosos canchos.

Llegando a los Canchos de Ramiro
Río Alagón
Río Alagón
Charca encontrada

Apenas 50 minutos después desde mi partida he llegado hasta mi objetivo. Sorprende ver tanta agua en el río.

Canchos de Ramiro
Canchos de Ramiro

Cabe decir que se puede llegar con el coche hasta los canchos. Hay un merendero donde se puede aparcar y la bajada hasta un pequeño mirador se hace en apenas 3 minutos. Yo he preferido hacer todo el camino a pie.

Al llegar al mirador he echado mano del trípode, que llevaba encima en todo momento. La fortuna me ha sonreído por un momento puesto que el agua estaba quieta y he podido captar el reflejo de los canchos. Luego, ha empezado a correr una pequeña brisa y me ha resultado imposible.

Canchos de Ramiro
Canchos de Ramiro
Canchos de Ramiro
Canchos de Ramiro
Mery y Pepe postureando en los Canchos de Ramiro

Tras una hora aproximadamente disfrutando del entorno ha tocado volver sobre mis pies. La ruta consta de 10km (ida y vuelta) y discurre por un camino llano y sin pérdida alguna. No hay que tomar ninguno de los desvíos que te encuentras a lo largo de la ruta. Solo hay que seguir el camino principal.

Sin más que contar, me despido hasta la siguiente aventura. Y ya os aviso que no pasarán tantos meses como han pasado desde mi última entrada en otoño.