Navarra – Sierra de Urbasa: ruta hacia el Hayedo Encantado

El martes 12 de noviembre amaneció con nieblas y algo de lluvia en la Sierra de Urbasa. Según íbamos ascendiendo por la carretera hacia nuestro destino el limpiaparabrisas del coche no dejaba de moverse y los peores presagios vinieron a nuestras cabezas. Temíamos que nos fuera a llover durante nuestra ruta al Hayedo Encantado de Urbasa, sin embargo, al bajarnos del coche apenas caían unas chispas de agua y pronto los nublados más oscuros comenzaron a irse.

Éramos conscientes de que el hayedo estaba prácticamente pelado de hojas, pues dos días atrás, cuando fuimos de camino a Olazagutía, vimos que en las ramas de los árboles apenas quedaban hojas.

No fue un impedimento para llevar nuestros planes del día. Se trata de una ruta prácticamente llana que discurre entre un gran hayedo. Tan solo hay una subida final al Hayedo Encantado, pero que se tardan 10 minutos como mucho y sin esfuerzo alguno.

Nuestros pies se ponían en marcha sobre las 10:30. A pesar de la escasez de hojas en los árboles, algún que otro haya se resistía a tirarlas del todo.

Hayedo de Urbasa
Hayedo de Urbasa
Hayedo de Urbasa
Hayedo de Urbasa
Hayedo de Urbasa

De camino a nuestro objetivo nos encontramos con gran cantidad de rocas cubiertas de musgo. El otoño no solo es árboles con hojas amarillas y rojas. El musgo también forma parte de él. Y el enorme contraste de su verde con las hojas hacían un paisaje brutal.

Musgo en el Hayedo de Urbasa
Musgo en el Hayedo de Urbasa
Musgo en el Hayedo de Urbasa
Musgo en el Hayedo de Urbasa
Musgo en el Hayedo de Urbasa
Musgo en el Hayedo de Urbasa
Mery y Pepe en el Hayedo de Urbasa

Enseguida, nos internamos en un gran bosque de hayas. Dos semanas atrás seguramente hubiera estado espectacular de color. En ese momento, las hojas formaban una enorme alfombra en el suelo.

Hayedo de Urbasa
Cabaña en el Hayedo de Urbasa
Alfrombra de hojas
Alfrombra de hojas
Alfrombra de hojas

De vez en cuando salía algún rayito de sol que se colaba entre las ramas de los árboles. Aproveché para tirar una foto a contraluz.

Haya a contraluz

Llegamos a una enorme roca donde hicimos un pequeño descanso. Aquí estuvimos postureando un poco. Ya sabéis: las fotos para presumir en Instagram y demás redes sociales ja, ja, ja.

Roca de postureo

En este punto es donde comienza la subida al Hayedo Encantado. Hasta aquí el camino ha sido totalmente llano. Como ya he dicho al principio, en apenas 10 minutos estábamos arriba y comenzamos a internarnos entre los grandes roquedos del Hayedo Encantado.

Hayedo Encantado de Urbasa
Hayedo Encantado de Urbasa
Hayedo Encantado de Urbasa
Hayedo Encantado de Urbasa
Hayedo Encantado de Urbasa
Hayedo Encantado de Urbasa
Hayedo Encantado de Urbasa
Hayedo Encantado de Urbasa
Hayedo Encantado de Urbasa
Hayedo Encantado de Urbasa
Hayedo Encantado de Urbasa
Hayedo Encantado de Urbasa
Hayedo Encantado de Urbasa
Hayedo Encantado de Urbasa
Hayedo Encantado de Urbasa
Hayedo Encantado de Urbasa
Hayedo Encantado de Urbasa
Hayedo Encantado de Urbasa

Perdí la cuenta del tiempo que invertimos en este rinconcito. Solo sé que era ya la hora de comer cuando decidimos volver al coche. De vuelta, me entretuve haciendo fotos que no había hecho a la ida.

Hayedo de Urbasa
Hayedo de Urbasa
Hayedo de Urbasa

A la ida nos resultó llamativo un haya que tenía todas las hojas en sus ramas, estando todas las hayas de alrededor desnudas.

Haya se resiste a perder sus hojas
Volviendo al punto de inicio

Aún se conserva un trocito de raíl por el que circulaban las vagonetas que transportaban la madera durante la tala de árboles.

Raíl de vagoneta
Raíl de vagoneta

La bonita aventura por el Hayedo de Urbasa estaba llegando a su fin.

Terminando la ruta

Sobre las 14:30 llegamos a nuestro punto de inicio: el aparcamiento que hay al lado del Centro de Información del Parque Natural de Urbasa-Andía.

Llegando al punto de inicio
Punto de inicio

En apenas 20 minutos estábamos de vuelta en el Hostal Restaurante Ibaisek, nuestro alojamiento. Os recomiendo la estancia allí por la calidad de sus servicios así como por la comida tan rica que sirven. Además, el personal es muy agradable. La semana que hemos estado allí nos hemos sentido como en casa. Ese fue el único día que comimos a mediodía en el hostal y para reponer fuerzas pedí un buen plato de lentejas. Que, además, hizo algo de frío y tenía que entrar en calor.

Sin más que contar de este día, me despido hasta la siguiente aventura por otro hayedo. Esta vez por Euskadi y que ya visité en el año 2017.

Navarra – Valle de Améscoa: ruta al Nacedero del Urederra

El lunes 11 de noviembre llegó el día que tanto estábamos esperando desde el mes de febrero: la visita al Nacedero del Urederra. Este era el principal objetivo de las vacaciones y el día anterior nos animó que se viera el hayedo tan colorido desde lo alto del Balcón de Pilatos.

Nuestra aventura comenzó sobre las 10:15. Nada más empezar a internarnos en la profundidad del hayedo por el que discurre el río nos dimos cuenta de que el agua estaba azul-verdoso. Ello me alegró también profundamente, puesto que una semana antes me dijo un compañero de trabajo que él había visto el agua marrón durante su visita en el Puente de los Santos.

Caseta de bienvenida a la entrada
Valla de entrada
Llegada al primer mirador
Bajando al primer mirador

Nada más llegar al primero de los miradores no pude evitar tirar una foto al agua y mandársela a mi compañero diciendo «toma agua marrón». Solo quería darle un poquito de envidia porque yo estaba teniendo la suerte de ver el agua azul-verdoso y con un espectacular colorido otoñal alrededor.

Vistas desde el primer mirador
Vistas desde el primer mirador
Vistas desde el primer mirador
Vistas desde el primer mirador

La aventura no había hecho nada más que comenzar y ya estábamos alucinando. Y aún quedaría la mejor parte del camino. Tras haber estado un ratito captando al río Urederra nos pusimos en movimiento.

En busca de más miradores

El paseo es muy suave, sin desniveles largos y cada tres pasos nos paramos para seguir captando el otoño en toda su esencia. Un segundo salto de agua hace que nuestros pies se paren y sigamos viviendo en este increíble cuento de fantasía.

Cascada del Urederra
Cascada del Urederra
Cascada del Urederra
Cascada del Urederra

Bajamos hasta otro de los miradores, aunque la estampa de la cascada anterior me gustó más desde lo alto.

Bajando al mirador
Río Urederra
Cascada del Urederra
Cascada del Urederra
Cascada del Urederra

Con la emoción en nuestras caras por todo lo que estábamos viendo tocó seguir ascendiendo en busca de más miradores y saltos de agua.

Siguiendo la senda
Siguiendo la senda
Río Urederra
Río Urederra
Río Urederra
Río Urederra
Río Urederra
Río Urederra
Río Urederra
Río Urederra
Río Urederra
Río Urederra
Río Urederra

El último de los saltos de agua fue el que más me impactó. Aunque la caída no es tan grande como otras que te encuentras por el camino, el entorno del que estaba rodeado le hacía una preciosa estampa otoñal. No sé la de tiempo y fotos que invertí en este trocito de agua. Hasta Mery y Pepe no quisieron perderse este espectáculo.

Cascada del Urederra
Cascada del Urederra
Cascada del Urederra
Mery y Pepe en la cascada del Urederra

Nos comimos el bocadillo debajo de unas grandes hayas.

Hayedo del Urederra

Aquí finaliza la ruta y nos dimos la vuelta. En total estuvimos 5 horas fotografiando todo el entorno. Una ruta que tiene tan solo 7,5 km de ida y vuelta y prácticamente llana. Pero es que es tan bonita, tan fotogénica y tan espectacular que quieres llevarte de recuerdo en la cámara cada rincón del Urederra.

A nuestra llegada al coche dije «ya he cumplido con lo que quería, que era ver el entorno del Urederra con un bonito color otoñal. Ya me da igual si el resto de días no encontramos un otoño bonito».

Para finalizar, tan solo decir que en el año 2021, al conocer el otoño del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, dije que difícilmente iba a encontrar un lugar en España con semejante otoño. Estaba equivocado, muy equivocado. Me atrevo a decir que el otoño encontrado en el Nacedero del Urederra está al mismo nivel que el del Pirineo Aragonés. Me gustó tanto que… ¡ya tengo en la mente una posible fecha en la que volver!

Navarra – Sierra de Urbasa: caminando por el Mirador de Ubaba y visita a Estella-Lizarra

El domingo 10 de noviembre comenzaba unas deseadas vacaciones por la Sierra de Urbasa. Era un momento que llevaba esperando desde mediados de febrero, fecha en la que decidí que este año iba a pasar mis vacaciones otoñales por Navarra.

El día anterior, según íbamos llegando a nuestro destino (Zudaire), nos desanimamos un poco al ver que la mayoría de los hayedos tenían las ramas peladas. No obstante, teníamos claro que una vez allí íbamos a intentar disfrutar al máximo.

Nuestra primera salida fue al Mirador de Ubaba, también conocido como el Balcón de Pilatos. El ascenso en coche por la carretera nos hizo ver que, quizá, estuviéramos asistiendo a los últimos coletazos del otoño por la zona, aunque aún había mucho color otoñal justo en la zona que más nos interesa: el curso del río Urederra.

El paseo hacia el mirador se realiza sin desnivel alguno y pronto comenzamos a disfrutar de los colores del otoño. Un haya solitario nos daba la bienvenida y nos entretuvimos bastante haciéndole fotos.

Haya de camino al Mirador de Ubaba
Haya de camino al Mirador de Ubaba

Un enorme hayedo se abría según caminábamos al mirador. En esos momentos había una luz preciosa y nos entretuvimos bastante con los distintos árboles que nos encontrábamos.

Raíces de haya
Raíces de haya
Raíces de haya
Raíces de haya
Raíces de haya
Raíces de haya

El hayedo seguía abrazando un camino principal por el que solo pueden circular coches autorizados. Dos semanas atrás ese camino debió estar espectacular de color.

Camino de la Sierra de Urbasa
Camino de la Sierra de Urbasa
Camino de la Sierra de Urbasa

Pronto, llegamos al comienzo del Mirador de Ubaba. Varias cabras pastaban por allí y aproveché para hacerles fotos.

Cabras en la Sierra de Urbasa
Cabras en la Sierra de Urbasa

Las vistas desde el Mirador de Ubaba dejaban sin aliento. Justo debajo de nuestros pies un hayedo exagerado mostraba el mejor de sus colores. Eso me alegró profundamente, pues por ahí discurre la ruta hacia el Nacedero del Urederra, principal objetivo de nuestras vacaciones.

Vistas desde el Mirador de Ubaba
Vistas desde el Mirador de Ubaba
Vistas desde el Mirador de Ubaba
Vistas desde el Mirador de Ubaba

Llegamos a unas indicaciones hacia el Barranco Alemán, a escaso 1 km. Sin ninguna duda, decidimos bajar hasta él. Intuimos que las vistas desde este barranco tenían que ser aún más espectaculares. Y no nos equivocamos.

Indicaciones hacia el Barranco Alemán
Bajando hacia el barranco
Vistas desde el Barranco Alemán
Vistas desde el Barranco Alemán
Vistas desde el Barranco Alemán
Mery y Pepe desde el Barranco Alemán
Vistas desde el Barranco Alemán
Vistas desde el Barranco Alemán
Vistas desde el Barranco Alemán
Vistas desde el Barranco Alemán
Vistas desde el Barranco Alemán

Fue tanto el entretenimiento en este barranco que, sin darnos cuenta, el reloj marcaba las doce del mediodía. Decidimos darnos la vuelta por donde habíamos ido para coger la carretera hacia Olazagutía. Mi objetivo era hacer una foto chula desde un punto en el que se ve toda la carretera de bajada, sin embargo, aquí sí estaban los árboles prácticamente pelados y apenas conseguí gran cosa.

Carretera de bajada hacia Olazagutía
Carretera de bajada hacia Olazagutía
Carretera de bajada hacia Olazagutía
Carretera de bajada hacia Olazagutía

Apenas habíamos comido nada en toda la mañana, por lo que fuimos hasta la población de Estella-Lizarra, el núcleo urbano más grande de toda la zona. Fue la primera vez que probé el chorizo a la sidra y he de decir que no estaba muy rico. Estaba TREMENDAMENTE rico.

Después de comer nos dimos un paseo por la población para bajar la comida.

Estella-Lizarra
Estella-Lizarra
Estella-Lizarra
Estella-Lizarra
Estella-Lizarra
Estella-Lizarra
Estella-Lizarra
Estella-Lizarra
Estella-Lizarra
Estella-Lizarra
Estella-Lizarra
Estella-Lizarra
Estella-Lizarra
Estella-Lizarra
Estella-Lizarra
Estella-Lizarra
Estella-Lizarra
Estella-Lizarra
Estella-Lizarra

Nuestro primer día superó con creces ambas visitas. Sin embargo, aún no estábamos preparados para descubrir el increíble entorno del Nacedero del Urederra. Al día siguiente conocí el sitio que más me ha impactado en toda mi vida. Y eso que llevo ya muchos viajes otoñales a lo largo de mis años.

Extremadura – Valle del Ambroz: Otoño Mágico 2024

En las visitas al Valle del Ambroz de este año tenía en la agenda desde hace un mes acercarme hasta Baños de Montemayor y así conocer el molino hallado a las afueras de la población. Así fue y aquí realicé la primera de las paradas por este valle, que da igual las veces que lo haya visitado en otoño porque me sigue enamorando en cada visita.

El río corría algo y pude hacer algunas fotos a pequeños saltos que caían entre las rocas.

Inmediaciones del molino de Baños de Montemayor
Inmediaciones del molino de Baños de Montemayor
Inmediaciones del molino de Baños de Montemayor
Inmediaciones del molino de Baños de Montemayor

Aquí la parada apenas duró 20 minutos y me volví al coche para acercarme hasta Puerto de Béjar.

Camino encharcado

Después de hacer la ruta en la localidad salmantina me dirigí hasta Hervás y fui directo al Puerto de Honduras. Eran las 13:00 aproximadamente cuando empecé a tirar fotos a mi carretera favorita de todo el valle.

Carretera del Puerto de Honduras
Carretera del Puerto de Honduras
Carretera del Puerto de Honduras

Y, cómo no, mis pies se dirigieron hasta mi camino favorito de todo el Valle del Ambroz. Ese lugar que te ENVOLVÍA de magia al caminar bajo el colorido de sus castaños. Pronto, me di cuenta que algo había cambiado. Toda esa magia, esa emoción que desprendía HA DESAPARECIDO. El paisaje ha cambiado tan drásticamente que, por unos momentos, pensé que me había equivocado de camino. Cuando desperté de mi letargo me di cuenta que no me había equivocado, que aquel camino era el que mis pies han caminado durante los nueve otoños que lo he visitado.

Inspeccioné la zona intentando comprender qué había pasado. Primero pensé que un incendio había arrasado la zona, sin embargo, no había rastro de troncos quemados. El único rastro encontrado fue el de tala de árboles por doquier. En ese momento la rabia corría por mis venas. Desconozco la razón por la que se ha procedido a la tala de los castaños en este camino. Lo que sí sé es que se han cargado el Castañar Gallego de una manera acojonante. Para muestra, unas imágenes del castañar antes y ahora. Juzguen ustedes por sí mismos.

Castañar Gallego antes del atentado medioambiental
Castañar Gallego después del atentado medioambiental

Con una profunda decepción volví sobre mis pies hacia la carretera. Pregunté a algunos senderistas con los que me crucé si sabían el porqué de esta tala, sin embargo, ninguno era de la zona y no supieron darme respuesta.

Antes de comerme un bocadillo a la hora de comer seguí ascendiendo con el coche por la carretera. Los castaños estaban en su punto ideal de colorido y alivió, en cierto modo, mi tristeza por lo que acababa de presenciar.

Carretera del Puerto de Honduras
Carretera del Puerto de Honduras
Carretera del Puerto de Honduras
Carretera del Puerto de Honduras

En las cercanías del Arroyo Romanillo paré a descansar un poco y comer algo. Al terminar, eché mano del trípode para hacer algo que ya hice el año pasado en este mismo punto: hacer fotos como loco a los distintos saltos de agua del arroyo. Estuve entretenido aproximadamente una hora y media.

Arroyo Romanillo
Arroyo Romanillo
Arroyo Romanillo
Arroyo Romanillo
Arroyo Romanillo
Arroyo Romanillo
Arroyo Romanillo
Arroyo Romanillo
Arroyo Romanillo
Arroyo Romanillo
Arroyo Romanillo

Y hasta aquí mi aportación del Otoño Mágico 2024 por el Valle del Ambroz. Me resulta imposible acercarme los próximos fines de semana, por lo que hasta el año que viene, si todo sale bien, no volveré a fotografiar su otoño.

Sin más que contar, me despido hasta otra aventura. TIC TAC, TIC TAC, TIC TAC.

Castilla y León – Sierra de Béjar: ruta de los castaños de Puerto de Béjar

Ayer, día 2 de noviembre, salí por primera vez a fotografiar el otoño 2024.

Antes de nada, he de decir que si el año pasado tardó mucho en llegar los colores del otoño debido a las altísimas temperaturas que tuvimos hasta mediados de octubre, este año la cosa ha cambiado y se ha adelantado. Desde primeros de septiembre las temperaturas bajaron bastante, que con la llegada de las lluvias ha provocado que el color en los árboles comenzara a verse con al menos una semana y media de antelación respecto a otros años. Esta ha sido la razón por la que decidí ir a fotografiar algo de otoño cerca de casa, pues hasta dentro de tres semanas no podré hacerlo por la zona y, quizá, sea demasiado tarde.

Dicho esto, sobre las 09:00 mi coche partía desde Cáceres rumbo a Puerto de Béjar. Unos amigos estuvieron el año pasado en el castañar de sus inmediaciones y me dijeron que allí podría hacer fotos bonitas. Así que era mi objetivo antes de recorrer mis puntos favoritos del Valle del Ambroz, ya en Extremadura.

La ruta parte desde las afueras de Puerto de Béjar, localidad perteneciente a la provincia de Salamanca y muy cerca de la frontera con Cáceres. Mi idea era tan solo inspeccionar la zona, pasear un rato entre los castaños, tirar alguna foto y volver pronto al coche.

Comienzo de la ruta

Pronto, pude ver que los castaños estaban empezando a amarillear. Aunque predominaba aún el verde. No obstante, el ver también tanto musgo hizo que, pronto, comenzara a disfrutar de la ruta.

Ruta de los Castaños en Puerto de Béjar
Ruta de los Castaños en Puerto de Béjar
Ruta de los Castaños en Puerto de Béjar

Me crucé con varios senderistas que iban haciendo la ruta al revés (o lo mismo era yo quien estaba haciéndola mal), puesto que se trata de una ruta circular que enlaza con la vía verde.

Senderistas en la ruta

A cada paso dado el paisaje me emocionaba más aún. Mi mente me decía «vamos un poco más adelante a ver qué hay…».

Ruta de los Castaños en Puerto de Béjar
Ruta de los Castaños en Puerto de Béjar
Ruta de los Castaños en Puerto de Béjar
Ruta de los Castaños en Puerto de Béjar
Ruta de los Castaños en Puerto de Béjar

No llevaba ni una hora caminando cuando decidí darme la vuelta. Las últimas fotos que hice me parecieron preciosas y ahí me dije que otro año volvería a pasarme por este castañar para acometer la ruta circular al completo.

Ruta de los Castaños en Puerto de Béjar
Ruta de los Castaños en Puerto de Béjar

De vuelta en el coche puse rumbo a Hervás, población del Valle del Ambroz, para visitar mi castañar favorito. Aunque sabía que iba a hacer las mismas fotos que en años anteriores me picaba la curiosidad por saber cómo me lo encontraría, pues nunca he ido tan pronto a esta zona. Este año, para mi desgracia, hice una foto totalmente distinta a la de otros años de mi camino favorito del Puerto de Honduras. Pero eso os lo cuento en otra entrada.

Extremadura – Sierra de San Pedro: fotografiando cigüeñas negras desde los Hides Photo-Raptors

Desde el mes de mayo no publicaba nada en el blog, a pesar de que he hecho alguna fotografía. Como no me parecía nada reseñable tan solo las subí a las redes sociales.

Hoy vengo a publicar una entrada la cual he esperado 7 años para hacerlo. Y es que desde el año 2017, año en el que empecé a aficionarme a la fotografía de fauna, llevaba persiguiendo a las cigüeñas negras.

Para lograr mi objetivo lo he intentado un par de veces en el Parque Nacional de Monfragüe; hace unos años me puse en contacto con una persona que tenía divisadas a un grupo de cigüeñas en una charca de las cercanías de Santiago del Campo (Cáceres); la pasada primavera estuve a punto de ir a un hide en la Sierra de San Pedro; por no hablar de la cantidad de veces que he ido a una charca de las inmediaciones de Malpartida de Cáceres donde supuestamente bajar a beber. En todas ellas el resultado fue insatisfactorio, volviéndome a casa sin una sola foto de las cigüeñas negras.

Cuando más cerca lo vi fue el pasado fin de semana. El domingo 25 de agosto tenía planificada la visita a uno de los hides de Photo-Raptors, sin embargo, el día de antes me escribieron indicándome que me olvidara porque los últimos días no se habían presentado. Sin embargo, cuando me resignaba un verano más a no conseguir mi ansiado objetivo me encontré con una alegría el pasado viernes. Me volvieron a escribir los que gestionan este hide y me dijeron que las cigüeñas negras estaban volviendo a bajar a beber a la charca, que podía ir el sábado si estaba interesado. Sin dudarlo, a pesar de que económicamente no me venía muy bien, acepté la propuesta, pues ahora estaba más cerca que nunca de conseguirlo.

Dicho esto, ayer me di el madrugón del siglo levantándome a las 5 de la mañana. La ubicación se hallaba a una hora de mi casa y tenía que meterme en el hide antes de que amaneciera, pues las cigüeñas negras estarían allí antes de las primeras luces del día.

Eran las 07:30, había mucha luz ya y lo único que merodeaba por allí era una garza real (bastante lejos). Mis pensamientos me decían que si no se habían presentado las cigüeñas a esa hora, era improbable que lo hicieran ya. Las emociones saltaron por los aires al ver que, de repente, un grupo de unas 15 espátulas, tres o cuatro garzas y cuatro cigüeñas negras (juveniles y adultas) se lanzaron a la charca, comenzaron a beber y pescar. Mantuve la paciencia y esperé a que se asentaran, pues una hora antes me dijeron que las cigüeñas negras son muy desconfiadas y al mínimo movimiento se espantan. Y cuando digo mínimo movimiento es algo tan sencillo como hacer zoom con el objetivo o mover la cámara 2 cm hacia un lado.

Aunque se veía perfectamente, no había la suficiente luz como para que la cámara pudiera tirar fotos medio en condiciones sin tener que subir el ISO. Me acordé de las palabras de un gran fotógrafo unos años atrás: es mejor tener una foto con mucho ruido que no tenerla. Así que configuré un ISO de 10.000 y empecé a hacer fotos. Ya intentaría bajar el ruido con la edición post fotográfica.

La sesión con las cigüeñas negras duraría apenas 30 o 45 minutos, pues algo las espantó y salieron huyendo para no volver. Las que sí volvieron fueron una pareja de garzas reales, que me dieron unas poses preciosas. Incluso una de ellas se plantó delante a escasos 5 metros. Finalmente, sobre las 11:00, salí del hide con la plena satisfacción de haber logrado mi objetivo 7 años después. Y, sinceramente, con haber conseguido alguna foto de las cigüeñas negras posando me habría dado por satisfecho. Sin embargo, jamás imaginé que me vendría con un par de fotos de ellas planeando por la charca o con las alas abiertas mientras buscaban comida.

Sin más que contar, os dejo con algunas de las fotos conseguidas. Ojalá tenga la oportunidad en el futuro de volver a fotografiarlas porque la experiencia fue súper emocionante.

No sé cuándo volveré a salir a hacer fotos. No obstante, noviembre está a la vuelta de la esquina y con él las salidas a fotografiar el otoño. Este año, a un lugar del norte que también tengo en la lista desde hace varios años.

Saludos, turistas.

Juvenil de cigüeña negra
Juvenil de cigüeña negra
Juvenil de cigüeña negra
Juvenil de cigüeña negra
Juvenil de cigüeña negra
Juvenil de cigüeña negra
Juvenil de cigüeña negra
Juvenil de cigüeña negra
Juvenil de cigüeña negra
Juvenil de cigüeña negra
Juvenil de cigüeña negra
Juvenil de cigüeña negra
Cigüeña negra adulta
Cigüeña negra adulta
Cigüeña negra adulta
Cigüeña negra adulta
Cigüeña negra adulta
Juvenil de cigüeña negra
Juvenil de cigüeña negra
Espátula común
Espátula común
Espátula común
Espátula común
Cigüeña negra planeando por la charca
Cigüeña negra planeando por la charca
Garza real
Garza real
Garza real pescando
Primer plano de la garza real comiendo (foto recortada de la anterior)
Garza real pescando
Garza real
Garza real
Garza real
Garza real
Garza real
Garza real
Primer plano de garza real
Primer plano de garza real
Primer plano de garza real
Garza real
Garza real
Tórtola bajando a beber
Tórtola bajando a beber

Extremadura – Tierra de Trujillo: cascadas del río Almonte

El pasado 10 de marzo me acerqué hasta las Cascadas del río Almonte para fotografiarlas. Durante toda esa semana había estado lloviendo intensamente y quería ver el agua que llevaba. Me llevé cierta decepción porque el río iba tan cargado que ocultaban al completo los distintos saltos de agua de las cataratas. Aunque, en realidad, me alegraba de todo lo que estaba lloviendo en estas épocas de sequía.

Os dejo una foto que tiré ese día para que veáis la diferencia respecto a cómo están ahora.

Cascadas del río Almonte (10-03-2024)

Por entonces, me dije que volvería más adelante para intentar captar de nuevo estas bonitas cascadas. Y el día elegido fue ayer: 25-05-2024.

Nada más llegar, supe que esta vez sí iba a ver los saltos de agua, pues el río Almonte no llevaba la brutalidad de agua que llevaba dos meses y medio atrás. Pasito a pasito, me dirigí hacia mi destino. En apenas 15 minutos estaba ante el primer salto de agua.

Cascadas del río Almonte (25-05-2024)
Cascadas del río Almonte (25-05-2024)

Las dos veces anteriores que fui (la primera fue el 02-04-2021) lo hice por la mañana y las luces no me gustaron nada. La razón era porque tenía el sol de frente y tenía que ingeniármelas para que no salieran las fotos quemadas. Ayer fui por la tarde y el juego de luces y sombras mejoró bastante.

Cascadas del río Almonte (25-05-2024)
Cascadas del río Almonte (25-05-2024)

Antes de volverme a casa hice una última foto al río en su tramo más calmado. En el mes de marzo fue imposible hacer esta foto principalmente porque el agua cubría las rocas desde donde tiré la siguiente foto.

Río Almonte

Con la satisfacción de volver a este precioso entorno regresé a casa con los deberes hechos. Tengo que decir que de las tres veces que he ido, la que más me gustó fue la primera. A continuación os dejo también un par de fotos de aquel 02-04-2021.

Cascadas del río Almonte (02-04-2021)
Cascadas del río Almonte (02-04-2021)

Por último, al ser una ruta que no está señalizada dejo por aquí las coordenadas para saber dónde dejar aparcado el coche y dónde se encuentran las cascadas. Una vez aparcado el vehículo, un pequeño camino que no tiene pérdida te lleva hasta ellas.

Coordenadas para dejar el coche: 39.664983,-5.939495

Coordenadas donde se encuentran las cascadas: 39.662762,-5.955697

Sin más que contar, me despido hasta otra aventura.

Un saludo, turistas.

Extremadura – Tajo-Salor: ruta de los Sentidos en Los Barruecos

El domingo 5 de mayo, en uno de esos días que no sabes muy bien en qué invertir la tarde, decidí acercarme hasta Los Barruecos, en el término municipal de Malpartida de Cáceres, y así buscar unas pinturas rupestres halladas en la Piedra Caballera, que ya vi hace muchos años, pero que no recordaba ya dónde se encontraban.

Una vez aparcado el coche en el parquing de Los Barruecos de Abajo tomé el camino que te lleva por la Ruta de los Sentidos: una ruta donde te vas encontrando distintas rocas con formas de animales, pinturas y tallados rupestres.

La primera roca que te encuentras es La Tortuga. Apenas llevas andando dos minutos y ya se ve.

La Tortuga

El camino sigue entre grandes rocas. En todo momento es llano y no supone ningún esfuerzo.

Ruta de los Sentidos
Ruta de los Sentidos
Ruta de los Sentidos

Los tallados en las rocas son perfectamente visibles.

Tallados rupestres

Y el siguiente animal encontrado es El Caracol.

El Caracol

La Peña de la Horca no anda muy lejos.

Peña de la Horca
Peña de la Horca

Aquí hay indicaciones hacia la Peña Caballera, pero, yo, por mucho que busqué, no la encontré. Y eso que ya estuve dentro de ella (está hueca por dentro y se pueden ver las pinturas rupestres) hace muchos años.

La que yo creía que era la Peña Caballera con las pinturas

Siguiendo el camino se llega hasta otra roca que también tiene pinturas rupestres, no obstante, está muy mal conservadas y de ahí que esté vallada.

Roca con pinturas rupestres
Tallados rupestres

Justo en este punto el camino se vuelve para seguir una ruta circular. Por el entorno, las cigüeñas blancas están cuidando de sus nidos y polluelos.

Ruta de los Sentidos

La última de las rocas encontrada con forma de animales fue El Tiburón.

El Tiburón
El Tiburón

El camino de vuelta te lleva hasta las inmediaciones de la charca. En ese momento, estaba repleta de agua.

Charca de los Barruecos de Abajo
Charca de los Barruecos de Abajo
Charca de los Barruecos de Abajo

El famoso coche empotrado en la roca no anda muy lejos.

Coche empotrado en la roca

Al llegar al aparcamiento, muchas vacas me estaban esperando para saludarme.

Vaquita esperándome

Como aún me quedaba mucha tarde por delante decidí volver a tomar la Ruta de los Sentidos para, esta vez, ir en busca de las tumbas romanas. Yo vi 3, pero sé que hay muchas más. De hecho, cuando hace unos años di con la Peña Caballera, también estuve visitando estas tumbas y esa vez encontraría al menos 6 o 7.

Tumba romana
Tumba romana
Tumba romana

Aquí di por finalizada la mini ruta de por la tarde. Empezó a llover y decidí volver al coche.

Es una ruta que, si te la tomas con mucha tranquilidad, se tarda una hora y media en hacerla al completo (incluyendo la visita a las tumbas romanas). Es totalmente llana, sin que suponga mucho esfuerzo y bastante entretenida si vais acompañado de algún peque. Además, si vais a última hora de la tarde, tenéis suerte de que hay nubes y el agua de las charcas está tranquila porque apenas hay viento, podréis presenciar un espectacular atardecer con el reflejo de las nubes de color naranja en el agua. Nunca me cansaré de decir que aquí puedes contemplar el mejor atardecer de Extremadura con diferencia. Aquí os dejo con unas cuántas entradas de otras veces que he ido para fotografiar un atardecer en Los Barruecos. Las cuatro primeras fueron de mis inicios en el mundo de la fotografía allá por 2012. La última entrada es del año 2017 y son las fotos que más me gustan de todas.

Sin más que contar… hasta otra aventura, turistas.

Extremadura – Sierra de San Pedro: fotografiando al cernícalo primilla desde el Hide de El Millarón

El pasado día 1 de mayo, Día del Trabajador, fue el momento de volver a la finca de El Millarón y así entrar a uno de sus hides fotográficos.

Desde hacía varios años tenía en la lista apuntado como objetivo el fotografiar a los cernícalos primilla. Pero, siempre, por unas u otras cosas, desechaba la opción para decantarme por otras aves. A principios de este año, en mis vacaciones de enero, pensé en ir a algún hide para inaugurar el año fotografiando aves. Ahí fue cuando tomé la decisión de no hacerlo y posponer la visita para la primavera con la llegada de los cernícalos primilla.

Dicho esto, el miércoles me levantaba más temprano que un día laboral para poner rumbo a mi destino. Mi llegada a la finca fue sobre las 08:30 y allí me estaba esperando Teo. Pronto, me llevó hasta el hide y según nos íbamos aproximando con el coche vimos a una gran bandada de cernícalos echar a volar. Me sorprendió la cantidad de ellos que había, por lo que Teo me dijo que allí anidaban unas 20 parejas de cernícalos primilla. Es decir, aquello era sinónimo de que la sesión fotográfica iba a ser un éxito.

Apenas llevaba 10 minutos en el hide cuando volvió una hembra, que no paraba de piar.

Hembra de cernícalo primilla

Se ve que llamaba al macho, que no tardó tampoco en presentarse ante su pareja.

Macho de cernícalo primilla

Y en un abrir y cerrar de ojos se pusieron a hacer el amor. Ahí. Delante de la gente. ¡Qué vergüenza!

Cópula de cernícalos primilla
Eh, vosotros, ¿qué estáis haciendo?

Poco a poco, comenzaron a llegar más individuos. Y hubo uno de ellos que me regaló unos primeros planos preciosos.

Macho de cernícalo primilla
Macho de cernícalo primilla

Otro de ellos, incluso, trajo la comida para su pareja, que tenía toda la pinta que estaba incubando.

Macho de cernícalo primilla con presa
Macho de cernícalo primilla con presa
Hembra de cernícalo primilla con presa
Hembra de cernícalo primilla

Y a otra pareja le entró la envidia y también desató la pasión.

Cópula de cernícalos primilla
Cópula de cernícalos primilla
Cópula de cernícalos primilla
Cópula de cernícalos primilla

Pero los mejores momentos de la mañana me los dio otro macho, que trajo un regalito para su pareja. En el pico traía un gusano verde bien grande. ¡Menudo festín!

Macho de cernícalo primilla con presa
Macho de cernícalo primilla con presa
Macho de cernícalo primilla con presa
Macho de cernícalo primilla con presa

Me di cuenta de que una hembra tenía en la espalda un GPS. Le hice una captura en vuelo mientras saltaba de una teja a otra.

Hembra de cernícalo primilla con GPS

Y otro macho cazando.

Macho de cernícalo primilla con presa

Para acabar la sesión de la mañana, me entretuve haciendo primeros planos a una hembra que apenas estaba a 3 o 4 metros del cristal del hide.

Hembra de cernícalo primilla
¿Quién anda ahí?

Como siempre, acudir a uno de los hides de El Millarón es sinónimo de éxito y disfrute. He perdido ya la cuenta de las veces que he ido, pero, a bote pronto, me acuerdo de haber fotografiado allí las siguientes especies: águila real, águila imperial, abejarucos, paseriformes, berrea, elanio azul y, ahora, cernícalo primilla.

Dar las gracias, una vez más, a Olimpia por su gestión y a Teo por las indicaciones. Siempre es un placer volver a este increíble entorno y con total seguridad volveré tarde o temprano.

Andalucía – Conociendo Córdoba, la ciudad con más bienes Patrimonio de la Humanidad

Corría el mes de febrero de 2015 cuando me despedía de un compañero de trabajo que tuve en Mérida. Él se volvía a su tierra, a Málaga, a su Andalucía y yo le prometí que algún día iría a verle a Córdoba, pues él es de allí. Desde entonces nos habíamos visto dos veces. Y ambas fueron por visitas suyas a Mérida. Así que esta vez me tocaba a mí poner rumbo a tierras del sur y así cumplir con mi promesa 9 años atrás.

Por delante tenía el sábado y domingo completos para realizar las visitas turísticas oportunas y pasar tiempo de calidad junto a él y su mujer. Y aprovechamos bien el tiempo.

Medina Azahara

El sábado, sobre las 10:15, comenzaba la visita turística por esta ciudad de nobles. Habíamos reservado la entrada con dos meses de antelación con la empresa Eventour y Rafa, nuestro guía, nos recibió con una calurosa bienvenida. Desde el primer momento supimos que la visita iba a merecer la pena. No os contaré nada de la historia de Medina Azahara y os dejaré que la descubráis por vosotros mismos. Tan solo os diré un par de cosas:

1-Contratad visita guiada. Sí o sí. No hay más opciones. Sería una lástima ir allí por vuestra cuenta y que no os enteréis de la historia de esta increíble ciudad. Y si tenéis la suerte de que Rafa es vuestro guía, entonces, os ha tocado la lotería.

2-En Medina Azahara existe la «Casa Rica» que no está abierta al público debido a reformas. Está así desde 2009 y la buena noticia es que, según nos comentó Rafa, en el año 2025 se espera que esté abierta a las visitas turísticas (aquí, la primera razón por la que volver a Córdoba).

Llegada a Medina Azahara
Medina Azahara
Medina Azahara
Medina Azahara
Medina Azahara
Medina Azahara
Medina Azahara
Medina Azahara
Medina Azahara
Medina Azahara
Medina Azahara

Mezquita-Catedral de Córdoba

La visita a Medina Azahara duró 3 horas y, al salir, nos fuimos a comer. Sobre las 17:00 teníamos la segunda visita turística del día. Y era, ni más ni menos, que al monumento estrella de la ciudad: la mezquita. Aquí tampoco me voy a entretener contando la historia de este monumento, pues en internet hay miles de páginas donde poder consultarla. Y, como dice la mayoría de gente, la Mezquita-Catedral de Córdoba es uno de esos monumentos que hay que visitar al menos una vez en la vida.

Mezquita de Córdoba
Mezquita de Córdoba
Mezquita de Córdoba
Mezquita de Córdoba
Mezquita de Córdoba
Mezquita de Córdoba
Mezquita de Córdoba
Mezquita de Córdoba
Mezquita de Córdoba
Mezquita de Córdoba
Mezquita de Córdoba
Mezquita de Córdoba

Puente Romano

La tarde del sábado la dedicamos a dar una vuelta por los alrededores de la mezquita y del puente romano. Pronto, el cielo se cubrió de nubes y amenazaba con llover. Se quedó una luz perfecta para la fotografía y disfruté de lo lindo.

Puente Romano de Córdoba
Puente Romano de Córdoba
Puente Romano de Córdoba
Mery y Pepe en el Puente Romano de Córdoba
El reencuentro de dos suricatos
Puente Romano de Córdoba

El domingo por la tarde, una vez que mi amigo y su mujer se marcharon hacia Málaga, volví a a acercarme hasta las inmediaciones del puente romano e, incluso, subí a lo alto de la Torre de la Calahorra para hacer fotos.

Puente Romano de Córdoba
Puente Romano de Córdoba
Desde la Torre de la Calahorra
Desde la Torre de la Calahorra
Mezquita desde el puente romano

Patios de Córdoba

No se puede visitar la ciudad en primavera sin haber entrado a alguno de sus patios repletos de flores. El domingo por la mañana, tras fallarnos la visita al Alcázar de los Reyes Cristianos por un problema informático (malditos programadores informáticos que no saben hacer un UPDATE en la Base de Datos), sacamos un bono que nos daba acceso a 5 patios. Además, se pueden visitar otros dos más pertenecientes a la Asociación de Vecinos de los Patios de Córdoba. He de decir que me maravillaron todos y cada uno de los que visitamos. Mi enhorabuena a todos esos particulares que con todo su esfuerzo consiguen mantenerlos.

Patio de Córdoba
Patio de Córdoba
Patio de Córdoba
Patio de Córdoba
Patio de Córdoba
Patio de Córdoba
Patio de Córdoba
Patio de Córdoba
Patio de Córdoba
Patio de Córdoba
Patio de Córdoba
Patio de Córdoba
Patio de Córdoba
Patio de Córdoba
Patio de Córdoba
Patio de Córdoba
Patio de Córdoba
Patio de Córdoba
Patio de Córdoba
Patio de Córdoba
Patio de Córdoba
Patio de Córdoba
Patio de Córdoba
Patio de Córdoba
Patio de Córdoba

Y estas fueron las visitas turísticas del sábado y domingo. Me he quedado pendiente para otra visita la entrada al Alcázar de los Reyes Cristianos o la vuelta a Medina Azahara para entrar a la Casa Rica.

Para finalizar, decir que Córdoba es la única ciudad del mundo que posee cuatro títulos de Patrimonio de la Humanidad concedidos por la UNESCO: la Mezquita-Catedral (1984), su centro histórico (1994), la Fiesta de los Patios (2012) y Medina Azahara (2018). Yo, al menos, de una sola visita he conocido todos ellos.

Sin más, me despido hasta otra aventura.