El lunes 3 de noviembre, dos días después de mi primera toma de contacto con la Selva de Irati, volví a este entorno para acometer la última de las rutas senderistas: el Bosque de Zabaleta, marcado como SLNA-63A.
He de decir que me levanté con pocas ganas de seguir pateándome el monte, no obstante, tenía que hacer un esfuerzo porque a eso había ido allí. No iba a desaprovechar la ocasión de volver a Irati, por lo que con mucha fuerza de voluntad comencé a hacer la ruta sobre las 09:45.
Pagué la tasa correspondiente en el centro de información. Esta vez me cobraron 4 euros porque en el Hostal Orialde de Ochagavía me dieron un pase de descuento por alojarme en alguno de los pueblos de la Selva de Irati. El primer día, como aún no había hecho la entrada en el hostal, no me quedó más remedio que pagar los 7 euros de tarifa normal para un coche.
Tras pagar la tasa, lo primero que hice fue hacer una foto a Mery y Pepe en el cartel de Irati. Es un cartel tallado en madera que me parece precioso. Es la bienvenida al entorno, a la belleza, a la magia del otoño, a las leyendas de Irati.

Y también hice foto a los cuatro meeples que representa a cada uno de mis amigos Sergio, Alba y Estela (el cuarto es un servidor).

La ruta por el Bosque de Zabaleta parte desde la misma caseta de información. Un bosque cerrado de hayas y abetos es el plato de bienvenida.


En apenas 10 minutos comienzas a subir entre el bosque. Aunque no es una ruta exigente, sí tiene alguna cuesta que te hace arrancar a sudar. En esos momentos, la luz del sol se metía entre el bosque y entre las nieblas que se resistían a levantarse.




La tarde/noche anterior estuvo lloviendo bastante. Al día siguiente amaneció soleado, aunque el bosque permanecía mojado.

Zabaleta es un bosque muy cerrado en algunos tramos. Y también abierto en otros, dejando que a esas horas de la mañana entrara una luz preciosa.





Es tan cerrado que hubo un momento que el sol alumbraba tímidamente. Tiré una foto a contraluz y me recordó a la escena de El Señor de los Anillos: Las Dos Torres donde Gandalf se reencuentra con Aragorn, Légolas y Gimli (si os he hecho spoiler os jodéis, que habéis tenido 23 años para ver la película).

Después de estar bastante rato paseando por el bosque, sin compañía alguna, enlacé con una pista de tierra que lleva hasta la cola del Pantano de Irabia.






Desde que se toma la pista hasta la cola del pantano se tarda aproximadamente unos 20 minutos.



Desde aquí se puede acometer una ruta circular a todo el pantano. Si mal no recuerdo, creo que son 8 kilómetros. También se puede seguir la ruta por el Bosque de Zabaleta que lleva de vuelta al punto de información. Elegí la segunda opción.


A la vuelta apenas hice fotos. Siendo sincero, se me hizo bastante larga. Estaba deseando llegar al coche.




Sobre las 12:30 estaba de vuelta en el punto de información de Casas de Irati. Aproveché para descansar un rato, comer algo del bocadillo que me había llevado y darme una última vuelta por la zona del aparcamiento. Sopesé la idea de acercarme de nuevo hasta la Cascada del Cubo. Finalmente, no me acerqué por tres motivos:
1-Estaba algo cansado no solo por la ruta en sí sino por todas las rutas realizadas durante la semana que llevaba de vacaciones.
2-El sol estaba alzado alto y, posiblemente, entrara una mala luz en la cascada.
3-Ya tenía fotos muy bonitas de la cascada realizadas dos días antes.
Si inicialmente se me pasó por la cabeza volver a acercarme a la cascada era para despedirme de la Selva de Irati de la mejor manera. No obstante, me conformé con todo lo visto durante mi ruta por el Bosque de Zabaleta.
Al día siguiente tocaría abandonar Ochagavía para poner rumbo a un destino en el que estuve en otoño de 2024: el Nacedero del Urederra me esperaba vestido con su traje de gala.