El jueves 14 de noviembre nos disponíamos a visitar un hayedo que ya conocí en el año 2017: el Hayedo de Otzarreta. Se tardaba aproximadamente una hora desde nuestro lugar de alojamiento y no dudamos a la hora de presentarnos allí.
Nuestra marcha se iniciaba sobre las 10:30 con un buen sol en el cielo. Mal asunto porque ello significaba que las fotos no iban a salir muy bien que digamos. No obstante, de vez en cuando se colaba una bonita luz por las ramas de los árboles y las raíces de las hayas quedaban perfectas.



Aunque aún quedaban muchas hojas en los árboles no lucían como es debido. Tanto sol hacía que se apagaran los colores.





El paseo hasta el final del hayedo se hace rápido y nos dimos la vuelta por el otro margen del río. Aquí no me quedó más remedio que seguir fotografiando las raíces de las hayas porque la luz en las ramas era horrible.


Llegué hasta las raíces del haya que se llevan la mayoría de las fotos, las que aparecen en todos los sitios cuando buscas «Hayedo de Otzarreta». Sin ninguna duda, fueron las fotos que más me gustaron (aunque las que hice en 2017 me gustaron más aún).




Me centré en conseguir fotos desde todas las posiciones del «rey de las hayas». Siempre buscándole las vueltas al sol.




Para finalizar el paseo por este hayedo hice unas últimas fotos a las hayas del principio.



Decidimos coger el coche e ir hasta el parquing del humedal de Saldropo, a escasos 10 minutos desde el Hayedo de Otzarreta. Desde aquí se puede coger un camino que te lleva hasta la Cascada de Uguna, la cual habíamos visto por internet que es bastante bonita y rodeada de hayas.
Primero llegamos hasta la parte alta de la cascada. Mucho cuidado con dónde poner los pies porque la caída hacia el abismo es cojonuda y no lo cuentas.


Tras un breve descanso comiendo el bocadillo que habíamos echado por la mañana tuvimos que tomar la decisión de si ir al Hayedo de Presazelai o bajar a la parte baja de la cascada. Como yo ya había visitado el hayedo en 2017 decidimos quedarnos en el lugar y bajar. Fue todo un acierto porque, sin duda, hicimos las fotos más bonitas del día y estuvimos cerca de una hora y media entretenidos captando distintas tomas.








La cuesta arriba hasta el camino principal se nos hizo un pelín cansada. Aunque, con calma, se hace sin ningún tipo de problema.
Esta fue la penúltima de las visitas en nuestras vacaciones por el norte. Al día siguiente tocaría despedirnos de Navarra visitando un Palacio Real que deja sin palabras.