El lunes 11 de noviembre llegó el día que tanto estábamos esperando desde el mes de febrero: la visita al Nacedero del Urederra. Este era el principal objetivo de las vacaciones y el día anterior nos animó que se viera el hayedo tan colorido desde lo alto del Balcón de Pilatos.
Nuestra aventura comenzó sobre las 10:15. Nada más empezar a internarnos en la profundidad del hayedo por el que discurre el río nos dimos cuenta de que el agua estaba azul-verdoso. Ello me alegró también profundamente, puesto que una semana antes me dijo un compañero de trabajo que él había visto el agua marrón durante su visita en el Puente de los Santos.




Nada más llegar al primero de los miradores no pude evitar tirar una foto al agua y mandársela a mi compañero diciendo «toma agua marrón». Solo quería darle un poquito de envidia porque yo estaba teniendo la suerte de ver el agua azul-verdoso y con un espectacular colorido otoñal alrededor.




La aventura no había hecho nada más que comenzar y ya estábamos alucinando. Y aún quedaría la mejor parte del camino. Tras haber estado un ratito captando al río Urederra nos pusimos en movimiento.

El paseo es muy suave, sin desniveles largos y cada tres pasos nos paramos para seguir captando el otoño en toda su esencia. Un segundo salto de agua hace que nuestros pies se paren y sigamos viviendo en este increíble cuento de fantasía.




Bajamos hasta otro de los miradores, aunque la estampa de la cascada anterior me gustó más desde lo alto.





Con la emoción en nuestras caras por todo lo que estábamos viendo tocó seguir ascendiendo en busca de más miradores y saltos de agua.













El último de los saltos de agua fue el que más me impactó. Aunque la caída no es tan grande como otras que te encuentras por el camino, el entorno del que estaba rodeado le hacía una preciosa estampa otoñal. No sé la de tiempo y fotos que invertí en este trocito de agua. Hasta Mery y Pepe no quisieron perderse este espectáculo.




Nos comimos el bocadillo debajo de unas grandes hayas.

Aquí finaliza la ruta y nos dimos la vuelta. En total estuvimos 5 horas fotografiando todo el entorno. Una ruta que tiene tan solo 7,5 km de ida y vuelta y prácticamente llana. Pero es que es tan bonita, tan fotogénica y tan espectacular que quieres llevarte de recuerdo en la cámara cada rincón del Urederra.
A nuestra llegada al coche dije «ya he cumplido con lo que quería, que era ver el entorno del Urederra con un bonito color otoñal. Ya me da igual si el resto de días no encontramos un otoño bonito».
Para finalizar, tan solo decir que en el año 2021, al conocer el otoño del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, dije que difícilmente iba a encontrar un lugar en España con semejante otoño. Estaba equivocado, muy equivocado. Me atrevo a decir que el otoño encontrado en el Nacedero del Urederra está al mismo nivel que el del Pirineo Aragonés. Me gustó tanto que… ¡ya tengo en la mente una posible fecha en la que volver!


















































