Castilla y León – Sierra de Gredos: ruta hasta el Mirador del Circo de Gredos

Ayer, día 9 de mayo, fue el día de volver a realizar una ruta que ya hice hace 14 años: la ruta hasta la Laguna Grande de Gredos. Debido a acumulación de horas en el trabajo me pertenecía un día libre y el elegido fue el viernes. Desde hacía tres meses tenía claro en qué lo iba a invertir y estaba deseando que llegara el momento de hacer las maletas y tirar hacia la Sierra de Gredos, que me queda a dos horas y cuarto aproximadamente de casa.

Desde dos días antes sabía que el objetivo final de mi ruta iba a resultar imposible. Llamé al Centro de Interpretación de la Sierra de Gredos, la Casa del Parque Pinos Cimeros, para que me informaran del estado de la ruta. Yolanda, la mujer que me atendió, me dijo que aún quedaba muchísima nieve en las cotas más altas y que el acceso a la Laguna Grande solo podía hacerse si iba a ir provisto de crampones o raquetas de nieve. Como no era mi caso mi objetivo era al menos llegar hasta el Mirador del Circo de Gredos, lugar desde donde se obtienen unas panorámicas espectaculares de la Laguna Grande y de los principales picos montañosos de Gredos.

Dicho esto, mis pies se ponían en movimiento sobre las 10:15 desde la Plataforma de Gredos. Nada más bajarme del coche agradecí haber echado ropa de abrigo, pues el aire que corría era gélido. En tan solo cinco minutos la cara se me heló y me dije que iba a sufrir de lo lindo.

Lugar de inicio de la ruta

Apenas comienzas a andar se ve la cuesta de subida por la pista empedrada. Los primeros restos de nieve comienzan a verse, que aún se resisten a desaparecer.

Pista de inicio
Garganta de Prado Puerto
Primeros restos de nieve encontrados
Pista de inicio

La ruta está muy bien señalizada, aunque si no lo estuviera no tendría pérdida porque con no salirse de la pista estaría todo hecho.

Cartel informativo de la ruta

Tras un cuarto de hora o veinte minutos aproximadamente subiendo las piernas se dan un descanso al llegar a una especie de pradera. A partir de aquí la ruta se hace mucho más bonita al ver la cantidad de nieve que aún permanece en lo alto de la montaña.

Llegando a la pradera
Llegando a la pradera
Primeros restos serios de nieve
Primeros restos serios de nieve
Vistas subiendo a la Laguna Grande

Hubo un momento donde la pista desapareció. Estaba debajo de un gran nevero. Allí coincidí con una pareja, que se animó a cruzar la nieve a través de las huellas dejadas por otros montañeros. Yo los seguí, pues tan solo se tardaría en cruzar por la nieve medio minuto hasta volver a la tierra.

Cruzando la nieve

Vuelta de nuevo a la pista me di un descanso. No había parado nada durante la ruta y me entretuve unos 5 minutos haciendo fotos a todo el entorno que me rodeaba. Flipaba con toda la nieve que aún quedaba estando casi a mediados de mayo.

Subiendo a la Laguna Grande de Gredos
Subiendo a la Laguna Grande de Gredos
Subiendo a la Laguna Grande de Gredos

La pareja con la que coincidí cruzando la nieve se adelantó. Los veía a lo lejos y sabía por dónde tenía que ir en caso de que la pista volviera a desaparecer. Enseguida, me puse en movimiento, pues quedarse parado rodeado de nieve hace que el cuerpo coja frío en menos que canta un gallo.

Retomando el camino
Subiendo a la Laguna Grande de Gredos
Subiendo a la Laguna Grande de Gredos
Subiendo a la Laguna Grande de Gredos

Justo cuando vi que el camino volvía a desaparecer me crucé con un hombre que hacía el camino de vuelta. Le pregunté si se podía llegar hasta la laguna. Su respuesta fue negativa salvo que llevara crampones o raquetas de nieve. Como no era mi caso volví a preguntarle si al menos podía llegar hasta el Mirador del Circo de Gredos. Me dijo que sí, pero que fuera con mucha precaución en la bajada hasta el mismo porque estaba todo cubierto de nieve, que no me saliera del sendero dejado por otros montañeros y siguiera en todo momento las huellas.

Me despedí de él y fui a por mi objetivo del día. A solo 5 o 10 minutos del punto más alto de la ruta el camino no existía. Todo a mi alrededor estaba blanco. Por suerte, se trataba de nieve blanda que al pisarla agarraban bien las botas en el suelo.

Llegando a lo más alto de la ruta

Al llegar hasta arriba del todo la satisfacción al ver los principales picos montañosos fue mayúscula. Respiré aliviado, pues la parte más dura la había superado.

Principales picos de Gredos
Principales picos de Gredos

Aquí, me pensé si bajar hasta el Mirador del Circo de Gredos, pues la nieve que se veía era brutal. No es que le tuviera miedo, pero sí mucho respeto. A lo lejos vi a la pareja con la que coincidí en la subida. Ellos sí se animaron a bajar siguiendo el rastro de otros montañeros.

Pareja a lo lejos

Me dije que iba a probar. Si veía que corría algo de peligro, me daría la vuelta y para otra vez lo intentaría. Comencé a bajar hasta el mirador y vi que apenas resbalaba. La nieve estaba dura de tantas pisadas de otras personas y seguí las huellas. El mirador se veía desde lo lejos y casi lo tocaba con las manos. Al llegar hasta él, con los pies ya en la tierra, me quedé con la boca abierta.

Mirador del Circo de Gredos
Vistas desde el Mirador del Circo de Gredos
Vistas desde el Mirador del Circo de Gredos

Aquí, paré a comerme uno de los bocadillos que había echado en la mochila. Fue la primera vez que Mery y Pepe salieron. Su foto de postureo no podía faltar.

Mery y Pepe en el Circo de Gredos

Al terminarme el bocadillo y tras haber descansado un poco decidí bajar por el camino de tierra hasta donde se cortara. Tan solo anduve 2 minutos, pues de ahí en adelante la nieve que había era bastante seria. Como ya me dijeron desde el Centro de Interpretación la llegada hasta la Laguna Grande resultaba imposible salvo que llevara crampones o raquetas de nieve. Aquí, definitivamente, puse punto y final a mi ruta. Volví a entretenerme tirando fotos. Primero, con el teleobjetivo. Luego, con el gran angular. El recuerdo que me iba a llevar en la cámara iba a ser digno.

Fin de mi ruta con el Circo de Gredos al fondo
Circo de Gredos
Laguna Grande y Refugio de Elola
Laguna Grande y Refugio de Elola
Circo de Gredos
Circo de Gredos
Circo de Gredos
Circo de Gredos
Circo de Gredos
Vuelta al mirador
Vuelta al mirador
Vuelta al mirador

Sobre las 12:15 mis pies se daban la vuelta hacia la Plataforma de Gredos. El camino en la nieve era fácil de seguir.

Camino en la nieve

En tan solo 20 minutos estaba de nuevo en el punto más alto y salvando la parte más complicada. En la vuelta hacia la plataforma hice muchas más paradas a hacer fotos. El día se estaba despejando, ya no hacía tanto frío como a la ida y seguí disfrutando de la maravilla de Gredos.

Volviendo a la Plataforma de Gredos
Volviendo a la Plataforma de Gredos
Volviendo a la Plataforma de Gredos
Volviendo a la Plataforma de Gredos

Ya con los pies en la tierra definitivamente hasta la plataforma respiré aliviado. Pues aunque en ningún momento temí por alguna caída o pérdida, siempre hay que estar en alerta cuando se camina por la montaña.

Al llegar hasta la pradera estuve haciendo fotos al río. También me salí del camino para adentrarme un poco en la pradera y así hacer fotos bonitas.

Llegada de nuevo a la pradera
Caminando por la pradera
Caminando por la pradera
Caminando por la pradera
Caminando por la pradera
Mery y Pepe en la pradera

Me animé a mí mismo. Aunque iba bien de fuerzas lo cierto es que tenía las piernas algo cargadas. Solo veinte minutos más y estaría de vuelta en el coche. Poco a poco empecé a despedirme de la Sierra de Gredos.

Despidiéndome de Gredos.

Pero la ruta me tenía preparada una grata sorpresa antes de finalizarla. Durante todo el camino, tanto a la ida como a la vuelta, no dejaba de pensar que esta vez no iba a ver las cabras montesas. Sin embargo, a tan solo 5 minutos de finalizar mi ruta vi a dos fotógrafos apuntando con los teleobjetivos hacia lo alto de unos roquedos. Miré a lo lejos y allí vi un grupo de cabras. Me paré a hablar con ellos y les dije que era una pena que yo no tuviera encima el teleobjetivo largo (el 100-400), que solo llevaba el 70-200. Uno de ellos me contestó diciendo que con el 70-200 podía tirar fotos a la cabra que comía al lado del río. Si hubiera sido un lobo me comía, porque en ningún momento la vi. Así que me animé a montar el teleobjetivo corto en la cámara y comencé a tirarle fotos para terminar la ruta como Dios manda.

Cabra montesa en Gredos
Cabra montesa en Gredos
Cabra montesa en Gredos
Cabra montesa en Gredos
Cabra montesa en Gredos
Cabra montesa en Gredos

Y hasta aquí mi ruta hasta el Mirador del Circo de Gredos. Al llegar al coche puse rumbo al Hostal Almanzor Gredos, situado a las afueras de Navarredonda de Gredos. Haría noche allí para no pegarme la paliza de volver a casa en el mismo día. Y fue un acierto la estancia por la amabilidad con la que me trataron, por la calidad/precio y porque podía acceder a un hide fotográfico de pájaros sin coste adicional. Entré al hide el mismo viernes por la tarde y hoy, sábado, por la mañana. Entre los dos ratos que estuve hice 2.926 fotos, las cuales me va a costar varias horas seleccionar con cuáles me quedo. Conseguí fotos preciosas del Pico Picapinos (tanto del macho como la hembra) y del Arrendajo; especies de las que no tenía fotos. Bueno, del Pico Picapinos tenía 5 o 6 que hice en Cáceres hace 4 años. Ahora tengo cerca de 600, aunque muchas irán a la papelera.

Sin más, me despido hasta otra aventura. Espero que sea igual de espectacular que la aventura vivida por la Sierra de Gredos.