El domingo 26 de octubre iniciaba mis típicas vacaciones otoñales por el norte de España. Esta vez lo haría volviendo a Aragón dos años después de mi anterior visita. Y cuatro años después de mi primera visita a los Valles Occidentales.
El objetivo en esta ocasión era visitar cosas que no pude completar en años anteriores. La primera de las espinas clavadas me la quería quitar visitando el Valle de Ansó para acometer la ruta por el Bosque de Gamueta, considerado el mayor hayedo de todo Aragón. Es una ruta que quise hacer en otoño de 2021, pero finalmente no la hice porque no me informé bien de ella y no supe desde dónde partía.
Este año iba con los deberes hechos y sabía que se inicia en el Refugio de Linza, al que se puede llegar en coche por una carreterita que se las trae.
Una semana antes de mi partida estuve observando día tras día a través de la webcam del refugio cómo avanzaba el otoño. Era consciente de que a mi llegada iba a encontrar el otoño bastante pasado, pero mantenía la fe en que las hojas permanecieran en los árboles y pudiera hacer fotos bonitas.
Mi fe fue recompensada nada más llegar y ver que el Bosque de Gamueta lucía un color espectacular. Muchos árboles tenían toda la hoja caída, pero el 80% del hayedo permanecía con las hojas en las ramas y un colorido ocre brutal.
Nada más ponerme en movimiento empecé a entretenerme tirando fotos. La espera de los cuatro años estaba mereciendo la pena.










Durante media hora aproximadamente estuve caminando entre el impresionante bosque. No había desnivel hasta que llegué a una pequeña subida. Una vez arriba, un cartel indicaba la vuelta hasta el Refugio de Linza. Sin embargo, seguí de frente, que es la ruta que hay que seguir para completarla de manera circular.




Llegué a un punto donde había que seguir subiendo. En el cartel informativo no indicaba que por ahí siguiera el Bosque de Gamueta, aunque hubo gente que tomó este camino. Me entretuve haciendo algunas fotos por los alrededores y, luego, escuché a más senderistas hablar que habían quitado el cartel del Bosque de Gamueta porque la senda estaba cortada. No sé si era verdad o no. En mi caso no me arriesgué y me di la vuelta para volver al refugio por el camino alternativo que me encontré unos metros atrás.

Volviendo me entretuve mucho haciendo fotos a las hayas que lucían sus mejores colores.





Tomé el camino alternativo para llegar al Refugio de Linza.

Apenas llevaba unos metros caminados y supe que la elección de volver por este camino fue acertadísima. Fue increíble caminar por mitad del hayedo luciendo esos colores. No dejaba de asombrarme, de mirar para arriba a las copas de los árboles y de disparar fotos como loco.








Cuando apenas quedaba un cuarto de hora para llegar al refugio el tiempo comenzó a cambiar. Se levantó bastante viento y empezó a llover algo. No me disgustó ni mucho menos, pues yo ya me estaba llevando un buen recuerdo del Bosque de Gamueta. Además, sin yo saberlo Gamueta se estaba preparando para darme una despedida de escándalo.

Nada más terminar la ruta, y una vez había guardado ya la cámara en el coche, la curiosidad me picó y me acerqué hasta un pequeño riachuelo que corría al lado del refugio, a tan solo 10 o 15 metros. Llovía con más fuerza, provocando que las hojas brillaran y los tonos ocres y amarillos se acentuaran. Sin dudarlo, volví al coche para echar de nuevo mano a la cámara y al trípode, que no había dado uso en toda la mañana. Y es que tenía ante mí unas fotos de postal.





Como aún tenía mucha mañana por delante decidí acercarme con el coche hasta la zona conocida como Taxeras, en el Valle de Zuriza. Aquí fue donde me despedí del Pirineo Aragonés en el año 2021. Y aquí es donde comenzaba mi aventura este otoño de 2025.




En el Valle de Zuriza el otoño estaba arrasado prácticamente. Muchos árboles estaban desnudos de sus hojas y me acerqué hasta el río para intentar conseguir alguna foto chula. Unos caballos me dieron la bienvenida.



Después de más de veinte minutos fotografiando el río decidí despedirme del Valle de Zuriza volviendo a mi hotel de Siresa, en el Valle de Hecho.


Hasta aquí mi primer día de aventura por los Valles Occidentales del Pirineo Aragonés. Por la tarde me acerqué hasta las inmediaciones de la Selva de Oza para inspeccionar la zona, aunque el plato fuerte estaba reservado para días posteriores.