El pasado domingo, Día del Libro, no lo dediqué a la lectura. En su lugar disfruté de otra de mis aficiones: la fotografía de aves.
Desde hacía tiempo quería acercarme hasta la Sierra de la Mosca y entrar al bebedero que gestiona Rubén Cebrián en su parcela. Quise haber ido a principios de año, pero, finalmente, me dije de ir en primavera cuando hubiera más variedad de aves. Y la verdad es que me volví a casa con un recopilatorio de 16 aves distintas.
Ordenándolas alfabéticamente estas fueron las que entraron al bebedero, algunas más asiduas que otras.
Abubilla
Aunque por la zona se encuentra esta especie no es común que entre al bebedero. Su paso fue de tan solo un minuto y no llegó a beber. Tan solo estuvo andando por debajo.

Carbonero común
Antes de meterme en el hide sabía que entraría, pues es bastante habitual. De hecho, en mi mente no tenía pensado hacer fotos a esta especie porque son muchísimas las que tengo ya. Cambié de opinión cuando un individuo se posó y me dio bastante juego con las luces y reflejos.






Escribano soteño
De esta especie tan solo me entró la hembra, más apagada que el macho. Cuando entré a este mismo bebedero en agosto de 2021 sí entraron a beber tanto el macho como la hembra.




Estornino
Recuerdo que la primera vez que fotografíe paseriformes en un hide en Monfragüe, al ver un grupo de estorninos, creí que se trataban de mirlos. Me dijeron la diferencia entre uno u otro y el domingo al ver ambos en el bebedero pude distinguirlos perfectamente. Decir que uno de los estorninos me brindó las fotos que más me gustan de toda la sesión, con increíbles baños.










Herrerillo común
Junto al carbonero común, el herrerillo común era otra especie que sabía al 100% que me iba a entrar. De hecho, apenas le hice fotos debido a que, igualmente, tengo muchísimas de esta especie. De la sesión tan solo me he quedado con tres.



Jilguero
¡Qué bonitos son los jilgueros! Sin duda, se encuentra entre mis pájaros favoritos. Cuando era adolescente tuvimos cinco en un voladero y no paraban de cantar. Me podía pasar tranquilamente dos horas sentado en una silla viendo cómo cantaban.





Mirlo
El mirlo es uno de esos pájaros que a mucha gente le da muy mal rollo. Al ser todo negro lo relacionan con algo malo, con la muerte (igual que a los cuervos). Sin embargo, a mí los mirlos me encantan y siempre que he podido fotografiarlos me han dado muy buenas poses. El domingo no iba a ser menos.












Mito
Esta pequeña ave me parece súper graciosa. Nada más llegar al hide, cuando aún no había preparado la cámara, estaban bebiendo. Se fueron enseguida y no volvieron hasta última hora, a falta de 10 minutos de dar por finalizada la sesión.





Pardillo
Podría decirse que fue el protagonista principal de la sesión. Rubén me dijo que es una especie que nunca había entrado al bebedero y tuve la fortuna de ser el primero en captarlo. Entraron a beber tanto el macho como la hembra.







Pinzón
Aunque también tenía fotos de esta especie de ocasiones anteriores tiré algunas fotos porque las luces en esos momentos me parecían muy bonitas. También entró tanto el macho como la hembra, con colores más apagados.











Rabilargo
Diría que se trata del macho alfa del bebedero, pues cuando están ellos no dejan entrar a ningún otro pajarillo. Y si está alguna otra especie y llegan los rabilargos, los echan. Tengo que decir que los baños que se dieron me hicieron disfrutar un montón.









Tarabilla común
Ha sido al procesar las fotografías cuando me he dado cuenta de que una tarabilla se coló. En el momento de hacerle la foto creía que se trataba de una hembra de pardillo, sin embargo, no era así.


Tórtola turca
Al igual que los jilgueros, en el voladero también teníamos una pareja de tórtolas. Las escuchaba cantar hasta de madrugada. Incluso pusieron huevos y criaron. Su canto me gusta mucho.


Trepador azul
Tampoco le hice muchas fotos porque son muchas las que tengo. Si le hice alguna fue porque parecía que estaba jugando al escondite y me dio alguna pose buena.



Verdecillo
Aunque no fue mucho rato el que estuvo, fue muy bien aprovechado. Las luces eran magníficas y el pájaro ayudó con muy buenas poses y baños.



















Verderón
Hasta el domingo no he sabido distinguir entre el verdecillo y el verderón. Y la verdad es que es muy fácil. Principalmente, se distinguen en el tamaño. El verderón es bastante más grande y corpulento. Su entrada fue también a última hora y con las luces escaseando.


Hasta aquí todas las especies que logré fotografiar en la Sierra de la Mosca de Cáceres. Comentar que, en ocasiones, entra también el roquero solitario, aunque yo no tuve fortuna con él. Al igual que tampoco tuve fortuna con el pico picapinos, que hizo una entrada de tan solo dos segundos. No me dio tiempo ni a disparar con la cámara. A ver si en una próxima sesión tengo más suerte y me vuelvo con alguna foto en condiciones de esta especie.
Sin más, me despido hasta otra aventura.