El sábado 21 de octubre me disponía a coger el autobús que te sube a la Pradera de Ordesa para realizar la primera de las rutas senderistas programadas: la ruta hacia Torla por Turieto Bajo. Hay que decir que esta ruta se puede realizar al revés, yendo desde Torla hasta la pradera, sin embargo, yo decidí hacerla en este sentido debido a que todo era cuesta abajo y sin apenas hacer esfuerzo (lo sé, soy un vago).
A las 08:30 estaba montado en el autobús con la emoción de verme de nuevo en la Pradera de Ordesa y rememorar viejos recuerdos de dos años atrás. Al ser fin de semana, se preveía que subiera mucha gente. Más aún después de que las previsiones meteorológicas fueran buenas para este día después de estar lloviendo sin parar durante toda la semana.
La primera parada fue el Puente de los Cazadores, puente que volvería a pisar al día siguiente para acometer otra ruta (que ya contaré). El caudal del río Arazas era bastante importante.


Una niebla espesa cubría las peñas de Ordesa, dejando entrever de vez en cuando algo de otoño.



Enseguida, empecé a introducirme en un bosque de hayas. Se trata del Bosque de Turieto, que nos acompañará durante gran parte de la ruta.





Hay que decir que a Torla se puede llegar por el camino de Turieto Alto o por el camino de Turieto Bajo. Yo decidí hacerlo por Turieto Bajo para ir acompañado de las cascadas que más adelante mostraré.

Aunque no había peligro en la senda, llegó un momento donde el camino estaba embarrado y mojado. Era algo que me avisaron en el Centro de Información de la Pradera de Ordesa, diciéndome que pasando con cuidado no había riesgo de caída.

Aunque el monte no lucía el color que me hubiera gustado, se veían ya muchos amarillos y algún que otro rojo. Además, el río Arazas corría con fuerza y disfruté un montón con ello, cosa que en 2021 no pude hacer debido a que apenas había llovido.



La primera de las cascadas que te encuentras en el camino es la Cascada de Abetos. Impresionante y espectacular el agua que llevaba.


El camino sigue entre el bosque y, de vez en cuando, algún claro se abría mostrando Ordesa en toda su belleza.




No muy lejos de la Cascada de Abetos se encuentra la Cascada de Tamborrotera. Aquí también se quisieron fotografiar Mery, Pepe y Chewi.






Pronto, mis pies me llevaron hacia la tercera y última de las cascadas: Cascada de Molinieto. Desde la carretera, durante la subida en autobús, se ve y escuché hablar al conductor que 5 días atrás, antes de que cayeran las primeras lluvias, tan solo llevaba un hilo de agua.





A partir de aquí el camino pierde cierto encanto, por lo que apenas hice fotos. Al llegar a Torla, el día estaba más despejado y pude comprobar la nieve que había caído durante la noche en lo alto de las cimas de montaña. Hablando con el dueño del hotel me dijo que eran las primeras nieves de la temporada (21 de octubre), cuando debían haber estado ahí desde hacía un mes en condiciones normales. ¿La causa? El cambio climático que algunos (y algunas) se niegan a ver.








Hasta aquí la mañana de mi segundo día visitando el parque nacional. La primera de las cuentas pendientes de 2021 quedó saldada, pues ese año me hubiese gustado hacer esta ruta pero no pudo ser debido a la falta de tiempo.
Por la tarde tocaría subir a los Miradores de Ordesa en 4×4 con una empresa de Broto. La experiencia fue gratificante, aunque eso os lo cuento en otra entrada.